La muerte Unidad didáctica: La inmanencia de la muerte

Unidad didáctica: La inmanencia de la muerte

 Ximena Arango Taborda

María Camila Carmona Arboleda

Paula Andrea Gil Zapata

Sandra Patricia Henao Salazar

  Educación y desarrollo de la creatividad

Profesora

Ángela María Sánchez Medina

Licenciatura en Pedagogía Infantil

Universidad de Antioquia

Facultad de Educación

Medellín

2016

Unidad didáctica: La inmanencia de la muerte

Temática: la muerte como proceso o ciclo de transformación

Primer momento: concepto subjetivo de la muerte

Segundo momento: tejido (liviandad e introspección)

“Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible o mejor: liberarse, o mejor aún: ser indestructible o mejor aún: ser”

La metamorfosis, Franz Kafka

La muerte siempre ha sido un tema que entre la multitud genera discusión, temor,  discordancia y un gran misterio. Por lo general, las personas tienden a relacionar la muerte, con la muerte física, es decir, con la pérdida de un ser querido. No obstante, aunque sea la definición que nos pone en común, queremos indagar, explorar, dilucidar y reconocer que otros significados de muerte podemos encontrar en nuestro colectivo estudiantil. A la vez, intentaremos dar un sentido diferente al concepto, creando y transformando las percepciones que se han dado en torno a esta.

En este escenario, la muerte será abordada a partir de dos momentos que permitirán hacer un movimiento en espiral desde la experiencia de cada persona hasta el encuentro con las otras, como una danza circular que permite pasar por el cuerpo las experiencias y sensaciones para una nueva resignificación y mutación de la muerte que nos habita y que está presente día tras día en nuestra vida.  

Esta afirmación permite replantear el concepto de muerte a partir de las circunstancias que vivimos cotidianamente, de lo que se libera, los apegos, el dolor, de las cosas que nos hacen renacer pero que también pueden generar angustia y temor. En esta línea, se podría considerar entonces la muerte como acción inmanente, pues es ella el término que se plantea directamente en nuestra vida, son esas destrucciones constantes que permite el desarrollo del sujeto en sus dimensiones. Podría llamarse una metamorfosis, la oportunidad de empezar a ser, dejando de calcular el que ser. Lo cual nos adentra a nuestro ser en el que el diálogo interno permite hacer un recogimiento en el que nos vemos, nos sentimos y nos revelamos como sujetos de percepción. La muerte es también un deshabitarse y habitar, está oscilando entre qué recibo de sí  y qué suelto. Cuando nos atrevemos a introspectar nuestra experiencia de reflexiones profundas nos damos el momento de creación, del estado simiente, del cual emergen y brotan otras relaciones consigo misma (o).

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