La naturaleza de las 6 meditaciones Metafísicas de Rene Descartes
Enviado por odontolino • 18 de Octubre de 2015 • Ensayo • 2.591 Palabras (11 Páginas) • 945 Visitas
La naturaleza Las 6 meditaciones Metafísicas de Rene Descartes
Las seis meditaciones de Descartes se desarrollan de manera que cada argumento que el autor da en una meditación en algunos caso es post-meditado y vuelve a darse un concepto distinto, Descartes como en la mayoría de su teoría parte del principio de la duda, del ser existente y pensante, desarrollando más que todo lo concerniente a las cosas corpóreas es decir figuras e imágenes, Dios, su propia existencia utilizando como eje fundamental en su pensamiento un antes y un después y de este eje se despliegan sus pensamientos.
En la primera meditación titulada “de las cosas que pueden ponerse en duda” el autor quiere demostrar que las nociones, cosas que conocemos y además consideramos razonable e indudablemente verdaderas puedan ponerse en duda. Argumenta el autor que todas las percepciones que normalmente el ser humano tiene son a causa de los sentidos; el examina y afirma que los sentidos son engañosos y por tanto no puede existir ningún tipo de confianza en lo que nos engaña. Diría Descartes como saber que estamos hoy miércoles en clase de epistemología y no es simplemente un sueño y verdaderamente estamos durmiendo. Expresa de manera segura que “las cosas que nos representamos en sueños como cuadros y pinturas que deben formarse como algo real y verdadero” (pg. 9) por ende los órganos del cuerpo de verdad existen y no hay duda sobre la generalidad de la naturaleza corpórea. Presenta la idea de que las ciencias formales como la matemática, la aritmética y en común todas las ciencias que para entenderlas solamente se necesita el cerebro; sin tener en cuenta la condición física de la persona; es decir, este durmiendo, o este despierta dos más dos siempre será cuatro, ocho por ocho será 64.
Uno de los misterios que inquietan a Descartes es respecto a Dios; tiene un concepto de Dios que es primario en sus argumentos, mostrándolo como aquel que lo ha creado y que todo lo puede. En primer plano lo califica como un genio maligno, que es engañoso, que si es creador, todo lo ha creado con un sentido ilusionista, el cual atrapa la credibilidad del hombre. En esta primera meditación la idea que presenta el autor sobre Dios es muy breve y superficial aunque a grandes rasgos con esta primera idea ya se puede plantear un cuestionamiento sobre la existencia, la divinidad y la bondad de Dios elementos que racionalmente pueden ser contradichos
En la segunda meditación, de la naturaleza del espíritu humano que es más fácil de conocer el cuerpo. Descartes comienza haciendo una suposición de lo que ve es falso, que todo lo que su memoria le ha presentado es inexistente, ahora cree que el cuerpo y su figura son invenciones de su propio espíritu debido a la ilusión engañosa de Dios pero no duda su propia existencia es decir afirma que por más que Dios lo engañe mientras la persona piense que su ser tiene una existencia propia por más engañoso que Dios se muestre, no podrá quitar que la persona verdaderamente está viva. De manera que existe un antes y un después en lo que Descartes define como el ser y como el alma; el antes esta cuando se detiene a pensar los pensamientos que antes nacían espontáneamente del espíritu, inspirados por su propia naturaleza humana tenía la certeza de tener partes en su cuerpo, manos, brazos, cabeza etc. el cuerpo definido como algo que es limitado por una figura, ocupa un tiempo y un espacio; es todo aquello que puede y es persuadido por los sentidos. Lo mismo sucede con el alma que consideraba como algo extraño “como una llama”. El después es el pensamiento que más lo inquieta y lo aturde, que más pone sus pensamientos naturales en duda y es el misterio de un ser superior que es maligno y que le ha hecho creer todo lo que hasta el momento sabe.
Una de las cosas que expone Descartes en esta segunda meditación y se torna bastante interesante, es lo referente a los atributos del alma divididos en cuatro partes. Los dos primeros son nutrirse y andar pero se justifica diciendo que si no hay verdaderamente la existencia de un cuerpo no es posible realizar estas acciones, con este argumento que el autor se podría suponer que tampoco existe una figura de mundo, donde se dan todos los elementos necesarios para que el cuerpo se nutra y funciones. El tercero hace referencia a los sueños de que muchas veces se cree que los sueños son percepciones que realmente suceden, pero cuando se vuelve a la realidad y se puede dar cuenta de que lo soñado en la realidad muchas veces no tiene ningún sentido. Y el cuarto, último y más cuestionable es la afirmación de que el único atributo que es propio de su ser es el pensamiento y lo argumenta diciendo “si yo cesara de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir” la pregunta naciente de esta afirmación es ¿Quién me asegura, que verdaderamente mi pensamiento es propio y autónomo y no es manipulado por el mismo Dios engañoso que descartes propone? Sin embargo el autor prosigue dando una definición de sí mismo: “no soy más que una cosa que piensa, un espíritu, un soy, entonces una cosa verdadera, y verdaderamente existente” (pg.14). Para explicar esto un poco más hace énfasis en definir que es una cosa pensante y todo lo que a esta caracteriza. Por el pensamiento es por donde se empieza a conocer quién es verdaderamente la persona, con más claridad en el después que en el antes. Esta es la idea primordial que da Descartes en su segunda meditación.
Cambiando un poco el ejemplo que pone Descartes digamos que existe una hoja de papel, tiene una forma, un color, un olor aunque sea leve, una textura que es suave, un sabor; si la hoja de papel es arrojada al fuego sin duda dejara de ser una hoja de papel, pero todas sus características tanto físicas como químicas cambiaran; su olor será más fuerte, su textura diferente de igual forma que su color y por más de que se tenga la certeza de que es una hoja, ya no se podrá percibir por los sentidos la hoja de antes, con la hoja de ahora. Pero si existe la primera noción de la hoja original (esto en un sentido especifico, mas no general), no será con los sentidos que podamos recuperarla, pero si con el pensamiento que aunque no se pueda tener en físico nuevamente se tendrá una imagen de lo que esto significa.
En la tercera meditación “De Dios, que existe” se parte del hecho de que el autor piensa que Dios lo ha engañado con su naturaleza, sabemos que Dios es presentado como la suprema bondad, lo más grande, lo más sublime, para Descartes esto se le muestra impresionante ya que si esta es la imagen de Dios ha de ser maravillosa la capacidad de engaño que este tiene. De lo que es seguro el autor y lo ha mencionado anteriormente, es que los engaños de Dios no podrán quitarle la certeza de que existe y que es una cosa pensante. La imagen de Dios que se da Descartes
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