La posición de Catalina como Princesa
Enviado por darioguillem • 15 de Enero de 2018 • Reseña • 358 Palabras (2 Páginas) • 139 Visitas
La posición de Catalina como Princesa alemana que debía su matrimonio a Federico II de Prusia no dejó de ser, en vida de la Zarina Isabel, fuente de conflictos. En una Corte como la rusa del siglo xviii , el origen prusiano de Catalina no era irrelevante. La madre de Catalina vivía aún en Rusia, y la imprudencia de ésta le colocó en situaciones embarazosas al acabar manipulada por nobles y Legaciones. . Por orden de su marido, poco después de su matrimonio se ocupó de los asuntos de Holstein hasta que la Zarina Isabel se lo prohibió. Pero lo peor vino después cuando, en la primavera de 1756, alentó una conjura para impedir que, al estallar la Guerra de los Siete Años, el Ejército ruso fuera a combatir a Prusia como consecuencia de la alianza de Rusia con Francia. Al mismo tiempo que recibe sobornos de la Legación inglesa intenta pactar que a la muerte de la Zarina Isabel compartirá el Trono con su marido saliendo de su condición de consorte.
En los largos años en que Catalina fue Gran Duquesa, conoce al Ministro de Suecia ante la Corte rusa, el Conde Adolfo Gyllenborg, el cual le incitó a leer autores como Plutarco y Montesquieu.
Todavía duraban los combates de la Guerra de los Siete Años cuando la Zarina Isabel muere el 25 de diciembre de 1761. El Gran Duque sucede a su tía con el nombre de Pedro III y, en concordancia con su posición como cabeza de la fracción prusiana en la Corte, ordena al Ejército retirarse de Prusia y firmar de inmediato la paz con este país devolviendo las tierras conquistadas. El nuevo Zar, que se consideraba luterano, ordenó desamortizar las tierras eclesiásticas, cesar la persecución de los no ortodoxos y suprimir la Cancillería secreta. Ése es el contexto del golpe de Estado que dan algunas unidades militares. El 28 de junio de 1762, mientras Pedro III está en el palacio de verano de Oranienbaum los Orlov sublevan, en presencia de Catalina, un regimiento en las afueras de San Petersburgo y Pedro III, que no logra ningún apoyo militar, acaba entregándose y abdicando.
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