La sexualidad: producto social
Enviado por yul240 • 29 de Agosto de 2012 • 425 Palabras (2 Páginas) • 560 Visitas
¹La sexualidad: producto social
La sexualidad es un problema político, una herramienta para mantener el
equilibrio del orden social, un instrumento de evitación de un conflicto
descontrolado. Por ello se le somete desde las instituciones detentadoras de
poder a una serie de normas que delimitan sus parámetros y refuerzan el
equilibrio sistémico jerárquico. A través de estas normas, que fácilmente
terminan convertidas en leyes, se uniformiza lo desigual como medida de control
del equilibrio, que utiliza tanto una violencia física como simbólica para hacer
efectivo el sometimiento a esas normas que saturan nuestras vidas y se sitúan
por encima de nosotros mismos, pudiendo llegar a hacernos sentir invisibles
frente a un todo social definido desde el poder. 2
La sexualidad resulta ser el resultado del cruce de la naturaleza con la
estructura social y responde, por tanto, a condiciones sociales determinados
por un contexto.
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En un primer momento, nos puede parecer un asunto íntimo que concierne
únicamente a la privacidad de cada individuo. Este parecer deriva de la idea de
que la sexualidad responde a una fuerza natural, que va más allá de lo razonable,
y que, por tanto, responde a algo casi instintivo que le otorga un carácter de
impermeabilidad al cambio. En torno a esta idea, desde el poder, entendido
como todo aquello que otorga legitimidad (la religión, la medicina, el matrimonio,
etc), entendida como toda institución con influencia, se han venido, a lo largo de
la historia, construyendo diversos discursos en torno al mismo eje de carácter
cerrado centrado en la sexualidad únicamente como medio de reproducción. Es
decir, discursos que han situado la reproducción como fin último de toda
práctica sexual, situando fuera de “lo normal” a toda práctica que no respetara
este objetivo.
Frente a esta postura, lo cierto es que la sexualidad de los seres
humanos se va construyendo mediante pautas sociales y culturales cada vez
más alejadas de la reproducción, es decir, hoy en día la mayoría de las prácticas
sexuales humanas no tienen como objetivo la descendencia. Por tanto, resulta
evidente que la naturaleza no determina la conducta sexual.. Sin embargo, las
concepciones universalistas y totalizadoras sobre sexualidad, basadas en un
discurso biológico, han llevado a enraizar en nuestra cultura concepciones
erróneas que nos impiden o retrasan el cuestionamiento de ésta. El retraso de
este cuestionamiento no es más que una forma de no alterar el equilibrio, de
forma que, las dudas o contradicciones se permiten cuando las fronteras del 3
orden social se llenan de
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