La ética de la situación
Enviado por hilly9 • 21 de Marzo de 2014 • Trabajo • 1.295 Palabras (6 Páginas) • 285 Visitas
La ética de la situación
Una forma popular de utilitarismo es la ética de la situación propuesta por primera vez por Joseph Fletcher en su libro Situation Ethics: The New Morality.{4} Fletcher reconoce que la ética de la situación es, en esencia, utilitarismo, pero modifica el principio del placer y lo llama el principio del agape (amor).
Fletcher desarrolló su sistema ético como una alternativa para dos extremos: el legalismo y el aninomianismo. El legalista es como los fariseos en tiempo de Jesús, que tenían todo tipo de leyes y reglamentaciones, pero sin corazón. Enfatizaban la ley por sobre el amor. Los antinomianos son como los libertinos del tiempo de Pablo, que promovían su anarquía.
El fundamento de la ética de la situación es lo que Fletcher llama la ley del amor. El amor reemplaza a la ley. Fletcher dice: "Seguimos la ley, si es que lo hacemos, por amor".{5}
Fletcher llega a citar ciertos pasajes bíblicos en apoyo de su argumento. Por ejemplo, cita Romanos 13:8, que dice: "No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley".
Otro pasaje que cita Fletcher es Mateo 22:37-40: "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente ... Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas".
Quienes proponen la ética de la situación sostienen que estos breves versículos requieren un único absoluto (la ley del amor). No puede derivarse ninguna otra ley universal de este mandato de amar. Aun los Diez Mandamientos están sujetos a excepciones basados en la ley del amor.
La ética de la situación acepta el punto de vista de que el fin justifica los medios. Sólo los fines pueden justificar los medios; los medios no pueden justificarse a sí mismos. Fletcher cree que "ninguna acción aparte de las consecuencias previsibles tiene significado ético alguno".{6}
Joseph Fletcher cuenta la historia de Lenin, que se había cansado de que le dijeran que no tenía ética. Después de todo, usó una filosofía muy pragmática y utilitaria para imponer el comunismo sobre el pueblo. Así que algunos que lo rodeaban lo acusaron de creer que el fin justifica los medios. Finalmente, Lenin replicó: "Si el fin no justifica los medios, entonces, en nombre de la cordura y la justicia, ¿qué los justifica? ".{7}
Como el utilitarismo, la ética de la situación intenta definir la moral con una filosofía de que "el fin justifica los medios". Según Fletcher, la ley del amor exige el mayor amor para el mayor número de personas a largo plazo. Pero, como veremos en la próxima sección, no siempre sabemos cómo definir el amor, y no siempre sabemos lo que va a ocurrir a largo plazo.
Análisis de la ética de la situación
Tal vez el mayor problema con la ética de la situación es que la ley del amor es demasiado general. Las personas tienen diferentes definiciones de lo que es el amor. Lo que algunos consideran que es un acto amoroso, otros podría considera una acción desprovista de amor.
Además, el contexto del amor varía de situación en situación, y ciertamente varía de cultura en cultura. Así que hasta es difícil derivar principios morales que puedan ser conocidos y aplicados universalmente. En otras palabras, es imposible decir que seguir la ley del amor es hacer tal y cual cosa en cada circunstancia. Las situaciones y las circunstancias cambian, así que la respuesta moral puede cambiar también.
La exhortación a hacer la cosa amorosa es aún menos específica que hacer lo que sea el mayor bien para el mayor número. Tiene prácticamente tanta fuerza moral como decir que hagamos "lo bueno" o "lo correcto". Sin una definición específica, no es más que una perogrullada moral.
Segundo, la ética de la situación adolece del mismo problema que el utilitarismo para predecir las consecuencias. A fin de juzgar la moral de una acción, tenemos que conocer los resultados de la acción que estamos por realizar. A menudo, no podemos conocer las consecuencias.
Joseph Fletcher reconoce esto cuando dice: "No siempre podemos adivinar el futuro, aun cuando siempre estamos siendo forzados a intentarlo".{8}
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