La ética de nuestro tiempo
Enviado por luciacalo • 18 de Septiembre de 2014 • Ensayo • 367 Palabras (2 Páginas) • 172 Visitas
La ética de nuestro tiempo se encuentra impactada por una serie de circunstancias que han hecho que se halle en un estado constante de inestabilidad. En primer lugar, tenemos la revolución cognitiva, que desplaza a unos conocimientos para que emerjan otros, los cuales están apareciendo a cada instante de manera vertiginosa. Por otra parte, a diferencia del siglo XX, al final de este e inicios del nuevo siglo, el conocimiento se ha hecho universal, se ha globalizado, dejando de ser propiedad de un pequeño grupo de elegidos, para pasar a ser dominio de masas.
Todo esto lleva al hombre a interpretar la realidad de acuerdo con sus intereses y necesidades, a un relativismo particular. La acumulación de conocimiento hace que el hombre piense que es poseedor de la verdad absoluta y por tanto hace las cosas de acuerdo a como a cada uno le parece deben ser.
La acumulación de conocimiento es posible por la dependencia que estos tienen de los medios de información, lo cual ha generado que exista una importancia relevante de la cultura informativa sobre la valorativa, lo que ha llevado a que “la correlación cultural entre hechos e ideas ha vuelto a desequilibrarse, pero ahora en detrimento de estas últimas (Bilbeny, 1997, p. 19).
En gran medida esto se produce debido a que el hombre maneja los medios y con ellos manipula la información e incluso induce el uso de la misma, es decir, dirige el comportamiento, empujando a hacer lo que le interesa a un sector particular de la sociedad y haciendo creer que tenemos muchos derechos pero pocos o ningún tipo de deber, con lo cual unos códigos éticos han sido reemplazados por otros.
Por tal motivo, Ayllón (1998) nos dice que nuestra civilización: “No está segura de que haya un modo de vivir moral, digno del hombre. Y por eso no sabe educar: sabe instruir; es decir informar al niño sobre muchas cuestiones…” y agrega: “Pero no sabe decirle que es lo que debe hacer con su vida” (p.18).
Si en verdad existe una manera digna del hombre para vivir, parece un desperdicio dejar pasar la vida y no haberse informado de lo trascendental, de lo que le permitirá saber que hacer con su vida.
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