Las Consolaciones de la Filosofía

Las Consolaciones de la Filosofía

Reseña

En el mundo siempre han existido grupos de personas con opiniones diferentes acerca de lo que hoy en día conocemos como lo “normal”, también le llamamos normas, tradiciones y de muchas otras formas que de alguna manera nos ayudan a seguir estando en nuestra zona de confort. Lo que es impresionante es que muy poca gente se atreve a decir lo que realmente piensa o creé ya que al empezar a cuestionar lo común, el mundo comienza a experimentar distintos conflictos.

El texto nos habla mucho de Sócrates, revolucionario en el campo filosófico y uno de los pocos en la historia que cuestionó lo común hasta llegar a la verdad o hasta cierto punto lógico, pero sin dejar de formular preguntas con tal de llegar a respuestas subjetivamente.

En la primera parte del documento se describe la vida de Sócrates, menciona sus aspectos físicos y parentescos, así como también se enfatiza de cierta forma la humildad de éste hombre, ya que Sócrates sin importar su situación económica continuaba compartiendo pensamientos y opiniones a todo tipo de persona: altos, chaparros, jóvenes, ancianos, ricos, pobres, etc. Gracias a que Sócrates no dejaba de relacionarse con la gente, éstos admiraban su sabiduría y nunca dejaban atrás su sentido del humor.

La segunda parte trata de Aristófanes, el cual dudaba de los cuestionamientos socráticos, ya que éste se aferraba a una idea más práctica, creíble y confiable para la sociedad. Aristófanes representaba a Sócrates por medio de una caricatura en donde aparece el filosofo sobre una canastilla colgada de una grúa, ya que creían que su pensamiento funcionaba mejor desde lo alto, o en otras palabras, desde otra perspectiva. También se muestran ejemplos como el de cuánto puede saltar una pulga o por qué los mosquitos zumban, Aristófanes nunca entraba a detallar los resultado y Sócrates profundizaba completamente las ideas sin dejar de cuestionar detalladamente todo.

El texto finaliza con dos conversaciones, en la primera aparecen dos generales importantes, reconocidos por mucho tiempo como grandes guerreros, llamados Nicias y Laques. Aquellos guerreros defendían la idea común del valor, decían que para tener valentía debían de formar parte de un ejercito y nunca huir sino que quedarse y pelear. Pero no faltaba Sócrates para guiarlos en el camino de la subjetividad y hacerlos cuestionar si realmente el valor tenía que tener esas características.

Por último, la segunda conversación trata de Menón, que al igual que Nicias y Laques, se aferraba a una sola peculiaridad para el valor de la virtud; en esta platica de nuevo aparece Sócrates. Forman un escenario de preguntas y respuestas mediante el cual Menón acaba dándole la razón al filósofo.

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