Libertad y amoralismo en la filosofía existencialista de Jean-Paul Sartre.

“Libertad y amoralismo en la filosofía existencialista de Jean-Paul Sartre.”

GISELA L. IK CHI

HUMANIDADES

INTRODUCCION

En este proyecto se va a analizar la postura de la amoralidad, así como el concepto de la libertad en la filosofía existencialista  de Jean Paul Sartre. Esto es la identificación de una libertad llevada a sus últimas consecuencias. De igual forma se abordará la importancia de las relaciones interpersonales desde una perspectiva del existencialismo de Sartre como unión social de individuos.

ORIGEN – EXISTENCIALISMO:

Jean-Paul Charles Aymard Sartre, conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, el hombre es la acción que hace y es  responsable plenamente de su vida, sin excusas.

El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.

El existencialismo es humanismo

 LIBERTAD Y AMORALISMO:

El existencialismo no es una filosofía contemplativa, es decir no es un quietismo, ante todo es actividad humana orientada al estudio de la existencia misma. Como tal, delimita una reflexión sobre el hombre y todo lo que a él se refiera, es por eso que precisa una conducta dirigida entre sujetos y sus diferentes relaciones en el campo o de su existencia. Este continuo hacerse es estar ante la mirada del otro, acorde con la multiplicidad de individualidades que reclaman  su reconocimiento, es donde tiene por apartado la moral; el  acto con los otros.

Actualmente el concepto de libertad se ha visto tergiversado y oscurecido en su significado. Tergiversado en cuanto que el hombre al proclamarse libre no hace sino sentirse posible ante lo imposible. Es decir; se encuentra plantado ante una imposición caprichosa de dominio de la libertad de los otros, ante su acto  desinteresado de las libertades ajenas.  La revaloración de los conceptos preliminares nos dejan una cuestión sumamente importante ante la pretensión de elegirse así mismo ante los hombres, obrando de tal forma que lo que se eligiese dase cuenta de la elección comprometida y responsable de quien elige elegirse con propia decisión racional en vista de las multiplicidad de las voluntades que se encuentran en el mundo y de las cuales no se forma parte, por el hecho de ser seres ontológicamente separado encerrados sobre sí mismos y volcados sobre el mundo anulando  a los demás sujetos.

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