Lobo Estepario

¿El estar satisfecho de sí mismo representa el fin último del hombre, entendido éste como la felicidad?

La autosatisfacción implica un estado de bienestar, confianza y seguridad respecto de tus acciones, de tus pensamientos, de tus anhelos y aspiraciones, de estar de acuerdo con tu vida.

Para logar el fin último por medio de la autosatisfacción, se debe tener cuidado de no caer en el conformismo, en esa falsa idea de realización y felicidad engendradas por la fuerza que imprime la sociedad, determinando y encasillando al hombre en una personalidad compuesta de un solo “yo”, un “yo” que surge como respuesta fácil e inmediata para lograr “el fin”, para estar satisfechos de sí mismos a un nivel muy bajo en comparación con el fin último.

La idea de descomponer nuestra personalidad en muchos “yos”, nos brinda un panorama más amplio, un conocimiento mayor de lo que somos, de toda la gama de sensaciones, impulsos, placeres, temores y virtudes que determinan nuestra forma de ser. Esta ruptura de la unidad de la personalidad hace que entendamos nuestra esencia, nos permite jugar con la multiplicidad de “yos”, de moldearlos, conjugarlos y reacomodarlos de acuerdo a nuestras aspiraciones y anhelos, para así llegar a la autosatisfacción sin caer en el conformismo y la mediocridad.

Podemos concluir entonces en que la felicidad como fin último del hombre se puede logar con la autosatisfacción, solo si ésta se da de forma plena y consiente, sin apartarse de la diversidad de “yos” que componen al hombre, que lo hace ser lo que es, un complejo compuesto de muchos sentires y pensares distintos los unos de los otros, pero que a la vez se mezclan para dar forma y vida a nuestra existencia y a nuestra personalidad.

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