Los Caminos Psicológicos Del Perdon

ORACIÓN A JESÚS DE LA BUENA ESPERANZA

Jesús de La Buena Esperanza, Dios Sapientísimo, Árbitro supremo de todas las cosas, Juez y Señor de todo cuanto existe, conocedor de todos los acontecimientos acaecidos al hombre, un asunto importante venimos a colocar a vuestros pies para que lo bendigáis y santifiquéis.

Con él deseamos, Señor, agradaros, y os pedimos que, si ha de ser para vuestra mayor gloria y bien nuestro, derraméis sobre él abundantes gracias, o sino, dadnos luz para conocer vuestra santa voluntad, pues no queremos ofenderos sino amaros como es debido, amar a un Dios tan bueno y misericordioso, y por tal hacer toda vuestra santísima voluntad, pues sois, oh Buen Jesús, nuestra esperanza. Sed ahora nuestro sostén y nuestra guía en todos nuestros asuntos, y que así sea hasta la eternidad.

Acordaos, bondadoso Jesús, de que en medio de las tempestades de la vida, sois mi única esperanza y que no tengo otro consuelo en mis dolores sino el recuerdo de vuestras bondades.

Acordaos de que un solo destello de luz de tu divino rostro, bastaría para purificar mi corazón y hacerlo digno de vos.

Acordaos de que nunca se ha oído decir que alguien que haya implorado de vuestro auxilio y que sus súplicas no hayan sido escuchadas.

Animados con esta confianza, dulcísimo Jesús, acudo a vos, a vuestro corazón paternal oíd mi súplica, atended a mis necesidades y haced que el Padre Celestial me conceda lo que pido en vuestro nombre.

Oh, Jesús, esperanza mía, mostradme el camino que conduzca a la vida eterna. Amén.

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ORACION JESUS DE LA BUENA ESPERANZA

¡Oh Jesús de la Buena Esperanza! Amabilísimo redentor de nuestras almas, Señor del cielo y de la tierra; me presento ante Ti, atraído por tu paternal amor. ¿Quién sino Tú, podrán curar mis dolencias? Me acerco pues a tu templo como a la piscina de tus bondades: favoréceme con tu auxilio.

Purifícame con una mirada como lo hiciste Pedro. Cabeza de la iglesia; sácame de las mortales heridas que el pecado causado en mi lama; Yo bien sé. Oh Jesús de la Buena Esperanza. Mi Señor y mi bien, que todos los que me han solicitado ante tu imagen tus divinos favores han sido socorridos; no hay, Oh Jesús de la Buena Esperanza, mi Señor y mi bien, uno solo que haya experimentado tus misericordias. Y¿ por qué he de salir desconsolado de las súplicas que te hago? Lleno de la mayor confianza te pido, Señor, dirijas una mirada compasiva sobre tu Iglesia, mírala tan perseguida atacada por tantas impiedades que se han levantado sobre ella.

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