Los Ojos Del Gato Pelado

Los Ojos del Perro Siberiano

Este libro es un relato de un chico de 11 años que nos cuenta acerca de cómo vivió cuando su hermano todavía estaba vivo; nos cuenta cuando el joven tenía cinco años y su hermano se había ido de casa, pero no sabía por qué, y su historia empieza a partir de la búsqueda de la verdad.

Cuando él se tomó conciencia de que su hermano Ezequiel ya no vivía más en su casa quiso averiguar por qué, pero no quería preguntarles a sus papás, porque por que el tema los ponía tensos, pues no querían saber nada de su hermano, entonces decidió preguntarle a él personalmente, cuando consiguió la dirección de su hermano se dispuso a buscarlo. Al llegar a la casa de su hermano no sabía si tocar o no la puerta, porque se sentía muy confundido acerca de cómo fuese a reaccionar cuando lo viera, al final se decidió, al llegar a su casa llamó a la puerta; Ezequiel abrió y lo primero que salió fue un perro siberiano, es en ese instante no sabían que el perro y el chico iban a tener una buena relación.

“No sabía que tenías un perro- tartamudeé mientras me lamia la cara.” “Están iguales – contesto – él no sabía que tenía un hermano….”

Al momento que entró a la casa él pensaba preguntarle muchas cosas, pero Ezequiel empezó primero, y cuando él quiso preguntarle sobre el porqué del enojo de sus papás, el sobresalió del tema de cómo había conseguido a su perro, su hermano le explicó que lo querían matar, porque era el último que nació y era el mas impuro de su raza, y por eso lo discriminaban igual que aun ser humano por eso le gusto ese perro porque él dice que : “Hay un cierto aire de verdad en los ojos de los perros siberianos, como si supieran nuestros secretos.…”.En el momento en que se hizo silencio, le pregunto que porque sus papás están enojados con él… Ezequiel le dijo “porque tengo SIDA”. En ese momento el joven se sintió muy confundido.

Al salir de la casa de su hermano, todo su mundo le parecía raro, desde el barrio que había vivido toda su vida, hasta su propia casa, se sentía con frio y sentía las orejas caliente, pero no sabía por qué.

La segunda vez que fue a casa de su hermano, le pregunto que como se contagió, pero se dio cuenta que al hacer esa pregunta su hermano se parecía mucho a su papá por que empezó a sacar chispas y para no causar algún problema se fue. “La parte en donde dijo que su hermano era como su papá, me recordó mucho a Ezequiel, porque aunque él diga que no tiene nada que ver con papá, en realidad si se parece mucho, es decir en el temperamento”

Después de la “discusión” con su hermano, se sentío diferente, un poco raro, porque no quería que nadie se entere de lo que él sabia acerca de él. Después de eso empezó a tener una pesadilla en donde aparecía un hombre que caminaba por el desierto y veía la sombra de un ave de rapiña, pero si quería ver al ave no podía solo podía ver su sombra, que cada vez se acercaba más y más.

El domingo la abuela lo vino a visitar, a él le pareció un poco extraño porque su abuela no salía por nada de su casa a menos que fuera algo importante, pero a él le gustaba donde vivía su abuela por que vivía en el campo y cada fin de mes la iban a visitar.

Pero al llegar el papá le empezó a hacer preguntas a la abuela, su mamá, del porque había venido a su casa, pero a ella no lo incomodo porque ya sabía cómo era su hijo, después de que todos habían comido la abuela se sentó en una silla y le dijo a su nieto que fue un muy buen gesto con su hermano de haberlo visitado, él se sorprendió porque cómo ella podría saber eso, ella le dijo que Ezequiel se lo había contado, él se sorprendió aún más o sea, ¿Cuándo habría ido a visitar a Ezequiel? Y ¿Por qué le contaría de su visita?.

Ella le explicó que lo iba a visitar cada semana, y ella le pregunto si él lo iría a visitar otra vez, la respuesta fue “no” porque aunque él sea su hermano los separa un abismo, y la abuela le dijo “Tal vez lo bueno de los abismos es que se pueden hacer puentes para cruzarlos”, dejándolo muy pensativo.

Después de la visita de su abuela, se sentía un poco confundido otra vez, y lo único que lo distraía era leer libros, pero los que tenía o eran muy viejos o ya los había leído, así que decidió ir a la biblioteca a buscar otro. Cuando fue a la biblioteca busco a la joven que siempre le recomendaba libros, pero ella no se hallaba, entonces otra bibliotecaria le recomendó un libro. Este libro le trajo muchos recuerdos, como cuando Ezequiel le cantaba de chiquito. De repente se sintió mareado y salió corriendo del lugar.

Cuando estaba por llegar su cumpleaños estaba muy ocupado con los preparativos, así que le pidió ayuda a su mejor amigo de toda la infancia Mariano, para ellos el cumpleaños de ambos era lo más sagrado que tenían.

Al llegar su cumpleaños él se la estaba pasando no tan bien, porque sentía

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