Los Saberes
Enviado por GyruTech • 10 de Enero de 2014 • 362 Palabras (2 Páginas) • 320 Visitas
Los saberes.
La clasificación
de los saberes
Aristóteles
procede a la clasificación de los diferentes saberes en estos tres
campos que están directamente relacionados con las tres dimensiones
principales de la existencia humana:
1) El saber
productivo, que es técnico y remite a la «fabricación» de cosas útiles.
2) El saber
práctico, que es ético-político y remite a la acción libre o electiva,
porque busca la virtud, la regla de la «buena acción».
3) El saber
teórico, referido al modo de ser de las cosas mismas (y no al agente que
fabrica con ellas algo o que emprende a partir de ellas alguna acción).
A
propósito de esta clasificación de las ciencias, conviene recordar una vez más
que el término «ciencia» no tiene en la Grecia antigua las connotaciones que
hoy reviste para nosotros, y que, por tanto, no importa cuál sea su
«superioridad» con respecto al conocimiento ordinario, nunca se aparta del todo
de la noción común de saber entre los contemporáneos de Aristóteles, que
siempre es un saber arraigado en la acción y relacionado con el uso.
Por
otra parte, la clasificación en sí misma está relacionada con la concepción
general de Aristóteles:
1) Las
ciencias productivas remiten al carácter «necesitado» de la vida humana, en el
sentido de que exige la satisfacción de ciertas necesidades elementales para
mantener la vida, necesidades que demandan una actividad «productiva» por
parte de los hombres.
2) El
saber práctico no se relaciona con «las necesidades de la vida», sino, por el
contrario, con la posibilidad de una «vida buena»; es decir, aquella que
ya no está orientada a la satisfacción de las necesidades primarias, sino al
ejercicio de la libertad.
3) La
actividad «teórica» es para Aristóteles la mejor de todas las vidas posibles
para el hombre libre, que en nada puede ejercitarse con más propiedad que
en el conocimiento superior.
Las
ciencias teóricas son las ciencias «superiores» en el sentido de que, como
hemos dicho, toman su fundamento de la cosa misma que investigan y no de los
propósitos que frente a ella persiga el agente o el productor; es decir,
investigan las leyes de lo real.
Aristóteles
reconoce explícitamente este estatuto a la física (que en su tiempo no se
diferenciaba temáticamente de lo que hoy llamaríamos «biología»), a las
matemáticas y a la teología, considerando a esta última «primera» entre las
superiores (a veces llamada «filosofía primera») porque su objeto, Dios,
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