Los monstruos no nacen, se hacen. Frankenstein o el moderno Prometeo
Enviado por geovana_ht • 25 de Agosto de 2022 • Trabajo • 1.405 Palabras (6 Páginas) • 164 Visitas
Los monstruos no nacen, se hacen.
Frankenstein o el moderno Prometeo
Elisa Neira Solís
Literatura Mundial, Prepa Anáhuac Toluca
Lic. Alex Haro Díaz
15 de marzo 2022
¿A cúantas[a] personas no les faltó un solo abrazo para seguir vivendo? ¿A cúantas[b] personas no les faltó una sonrisa de un extraño para así regresarle el gesto a alguien más? ¿A cúantas personas no les faltó tantito amor de sus padres para poder sentirse merecedores de hacer el bien en el mundo? Al menos sabemos que una de esas personas, fue el personaje Adán en Frankenstein.
Mary Shelley, la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo cuenta la historia de un científico llamado Victor Frankenstein, el creador de un invento con vida. Frankenstein, este monstruo formado con partes de diferentes cuerpos ya muertos, es originado por la pasión y obsesión que tenía Victor por la ciencia y el conocimiento. A lo largo de toda su vida Victor se ha empeñado en ser el mejor de su campo y lograr todas sus visiones; hasta las más oscuras. Por lo que una noche en su laboratorio por fin logra lo que tanto ha deseado; crear vida de la muerte. Después de tanto tiempo piensa que ha conseguido lo que va a comenzar una revolución científica, pero en realidad, lo único que consigue es el terrífico final de su propia historia.
Al ser creado, Adán inmediatamente siente el rechazo de su padre. La herida del rechazo tan impregnada en el alma de esta creación, es una cuestión que a mi parecer, me pareció de las más desgarradoras en la historia. Todo por no recibir amor de su progenitor.
Frankenstein recibe muy explícita y directamente el rechazo y odio que su propio padre le tenía. Desde el primer segundo que pudieron entablar una conversación, Víctor se vió tan pretificado por el aspecto de Frankenstein que lo desconoció, negó, y aborreció por completo. ¿Cómo fue esto para él? Qué horrible se ha de de sentir notar el aborrecimiento que tu propio padre te tiene, algo completamente devastador. A pesar de que Frankenstein era bastante aterrador a la vista, por dentro seguía siendo un ser como cualquier otro. Seguía siendo alguien que necesitaba amor, atención, empatía y comprensión. Recursos que nunca le dio la persona que más se los debió de haber dado. Por lo que, claramente, al tener esta reacción de la persona que más se supone que te debía de amar, Frankenstein decide huir.
Lise Bourbeau (2020) en su libro Las 5 heridas que impiden ser uno mismo indica que las personas con la herida del rechazo tienen una personalidad que nace apartir de ese trauma; el huidizo. “Es un cuerpo que parece que quiere desaparecer […] El huidizo es aquel que duda de su derecho a existir y que parece no estar completamente encarnado. Esto explica que su cuerpo suela tener una apariencia fragmentada o incompleta” (p. 19). Lo que Lise explica es literalmente la reencarnación de la herida del rechazo en Frankenstein. Hasta como Lise describe que los cuerpos con personalidad huidiza son fragentados y hechos en partes, demuestra como Frankenstein fue elaborado.
Al huir, Frankenstein se aisla por completo. Está tan destrozado por el rechazo y odio que recibe por su propio aspecto que la única alternativa que le queda es correr y esconderse; alejarse de todo aquel que lo pueda dañar. Como hace de esto su forma de sobrevivir, se vuelve una arma de doble filo. “Mientras más se aisla, más invisible parece volverse […] Cada vez se encuentra más solo, y también cada vez, se da a sí mismo más motivos para sentirse rechazado” (Bourbeau, 2020, p. 27). Por lo que ya no se convierte en una forma de protección pero en una forma de autodestrucción.
A medida de que pasa el tiempo, a medida de que se va dando cuenta de que nadie lo va a querer nunca por como se ve, decide dejar de esperar lo que nunca va a pasar. Frankenstein decide cambiar por completo las expectativas que tiene de la gente en el mundo y por tanto dolor inundando su ser, decide hacer el mal.
Creo que es muy fácil juzgar las acciones que este personaje va tomando a lo largo de la historia cuando en realidad, vienen de un transfondo muchísismo más fuerte de lo que nosotros estamos dimensionando. Todas las horroríficas decisiones en la vida de Frankenstien fueron producto de querer ser visto; Frankenstein pedía con desesperación ser visto y escuchado. Frankenstein necesitaba tanto cariño, amor y atención que esa era su única forma de expresarse. Había intentado con tantas fuerzas encajar y ser comprendido en un mundo que estaba destinado a rechazarlo, que ya no podía cometer decisiones desde el amor, sino desde el odio; los monstruos no nacen, se hacen.
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