MUY LIBERAR
Enviado por aidesita • 6 de Noviembre de 2012 • 4.131 Palabras (17 Páginas) • 378 Visitas
Asegura Wikipedia con rotundidad, desde 2009, que Robert Ricard, a quien además hace sacerdote, «acuñó el término conquista espiritual refiriéndose a la Evangelización en la Nueva España…». Aunque es bien sabido (por quienes lo saben) que esto no es así, y que no pudo en 1933 un hispanista acuñar un concepto como el de «conquista espiritual» que venía siendo manejado desde cuatro siglos antes por los imperiales agentes españoles del Descubrimiento, no sobrará recordarlo, «para desengaño de errores comunes».
2009 «Robert Ricard (1900-1984) fue un historiador y sacerdote francés. Acuñó el término conquista espiritual refiriéndose a la Evangelización en la Nueva España, que se realizó luego de la conquista militar. Su área de estudio fue la Nueva España, influenciado por Marcel Bataillon. Fue elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.» (Wikipedia. La enciclopedia libre, s. v. Robert Ricard, consultada 21 septiembre 2012; entrada redactada por el historiador Iván Martínez –alias ProtoplasmaKid–, egresado de la UNAM, director de Wikimedia en México.)
En efecto, el hispanista hispanófilo francés Roberto Ricard (1900-1984) publicó en 1933 su libro La «Conquête spirituelle» du Mexique. Essai sur l'apostolat et les méthodes missionaires des Ordres mendiants en Nouvelle-Espagne de 1523-24 à 1572 (tomo XX de «Travaux et Mémoires de l'Institut d'Ethnologie», París 1933, 404 páginas), versión impresa de la tesis doctoral defendida por el autor en la Sorbona, y que hubiera sido publicada por la «Bibliothèque de l'Ecole des Hautes Etudes hispaniques» si la muerte del hispanista Pierre Paris (1859-1931) no hubiera interrumpido temporalmente la actividad de esa institución. El libro de Ricard, traducido por el sacerdote católico mexicano Ángel María Garibay (1892-1967), se publicó en español en 1947, La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572 (Editorial Jus & Polis, México DF 1947, 557 páginas), versión reeditada a partir de 1986 por FCE (2ª edición, Fondo de Cultura Económica, México 1986, 491 páginas). Y, traducido por el profesor Lesley Byrd Simpson (1891-1984), se publicó en inglés en 1966 (The spiritual conquest of Mexico: an essay on the apostolate and the evangelizing methods of the mendicant orders in New Spain, 1523-1572, University of California Press, Berkeley 1966, 423 páginas). Ricard tradujo en 1938 al francés –Hispanité– el artículo escrito en 1927 por Unamuno: Hispanidad. (Un sólido análisis crítico de las tesis de Roberto Ricard sobre el problema del alma de los brutos en Feijoo, en relación con la consideración de los indígenas, en el capítulo 11 del libro de José Manuel Rodríguez Pardo, El alma de los brutos en el entorno del Padre Feijoo, Pentalfa, Oviedo 2008, págs. 351-378.)
Quizá el error del redactor de la entrada de la wikipedia mencionada (propagado al menos en docena y media de sitios donde google encuentra –septiembre de 2012– la frase: «acuñó el término conquista espiritual») proceda de una lectura apresurada del historiador mexicano Enrique Florestano (1937):
1978 «El cambio mayor en el conocimiento de la colonización lo introdujeron los estudios sobre la evangelización de los indios. Un libro: La conquista espiritual de México, del francés Robert Ricard, presentó en 1933 (edición francesa) una evaluación vasta, profunda y minuciosa de la obra misionera en Nueva España, en los años fundadores de 1523 a 1572. De este libro brotó, por primera vez, un conocimiento claro de las variadas acciones y formas de organización que adoptaron las órdenes mendicantes en el ejercicio de su apostolado, y particularmente de los desafíos que les impuso la situación cultural del indígena y su dispersión en el extenso territorio. El análisis de Ricart va descubriendo las políticas, las estrategias y los métodos que discurrieron las órdenes para quebrantar las bases sociales y mentales que sostenían a los indígenas y las acciones que pusieron en práctica para crear un nuevo orden político, social y mental, que, gobernado por los religiosos, condicionó el desarrollo futuro de las comunidades indígenas. A medida que se avanza en la lectura de este libro se verifica la exactitud de su título: la conquista militar no se hubiera completado ni sostenido sin esta conquista "espiritual", también épica y espectacular, pero sobre todo, profunda, continua; y singularmente eficaz. [...] La obra de Ricart promovió, además, una serie consecutiva de estudios acerca de la evangelización como "conquista espiritual". Las monografías de Fidel Lejarza, La Conquista espiritual de Nueva Santander (1947); Pedro Borges, Métodos misionales en la cristianización de América (1960); Dionisio Victoria Moreno, Las carmelitas descalzos y la conquista espiritual de México, 1582-1616 (1967); Enrique D. Dussel, Les evêques hispanoamericains. Dêfenseurs et evangelisateurs de L' Indien, 1504-1620 (1970); Jakob Baugmgartner, Mission und Liturgie ein Méxiko (1971-1972); y José María Kobayashi, La educación como la conquista (empresa franciscana en México) (1974), puntualizaron el vasto proceso de aculturación y cambio social que condujeron los misioneros y ampliaron el conocimiento geográfico y temporal que se tenía de su acción.» (Enrique Florescano, «De la conquista militar a la conquista 'espiritual' de México», Nexos, nº 2, México, febrero 1978.)
La contraposición temporal/espiritual está ya en la lengua del siglo XIII (por ejemplo, en la carta que Alfonso X el Sabio dirige en 1255 al reino de León: «Y quien contra estas cosas sobredichas hiciera, peche el diezmo doblado, la mitad del doblo para el rey y la mitad para el obispo, salvas las sentencias que dieren los obispos y los prelados contra todos aquellos que no dieren el diezmo derechamente o fueren en alguna cosa contra este nuestro establecimiento, que queremos que las sentencias sean guardadas por nos y por ellos, de guisa que el poder temporal y el espiritual, que viene todo de Dios, se acuerde en uno») y la contraposición corporal/espiritual es igual de clásica en español (por ejemplo: «Que todo bien hace alguna delectación y todo mal hace alguna tristeza, según dice el filósofo en el ii libro del alma, donde el bien y el mal se pueden departir en muchas maneras, que en una manera decimos que todo bien o es corporal o espiritual, si es bien corporal hace delectación corporal y si es bien espiritual hace delectación espiritual», Castigos, 1293, ms. 6559 de la BNM).
Terminada la Reconquista de España –ya en el siglo XII decía el Poema de Mio Cid, en español: «llegaron a Valencia,
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