Mapas Para La Fiesta Fragmento
Enviado por georgiandino • 2 de Noviembre de 2013 • 1.019 Palabras (5 Páginas) • 398 Visitas
Fragmento de MADURO, Otto
Mapas para la fiesta
Centro Nueva Tierra
PREGUNTAS COMPARTIDAS, MÁS QUE RESPUESTAS
PREFABRICADAS
Quizá una de las muchas malas costumbres occidentales es la de definir,
clasificar y juzgar a otras personas y culturas por las respuestas que ellas den a
nuestras preguntas. Pero ¿y qué tal que nuestras preguntas no les resulten
significativas en lo más mínimo a esas otras personas? Y además ¿quién nos dice
que nuestras preguntas sean entendidas por otros de la. misma manera en que
nosotros las entendemos? ¿Acaso una misma pregunta no puede ser comprendida
y respondida de muchas maneras diversas? Y, en fin ¿quién garantiza que las
consecuencias reales de responder una pregunta de una cierta manera sean las
mismas para personas o comunidades distintas?
Quizá, en verdad, habría que cuestionar esa mala costumbre occidental de
etiquetar, archivar y sentenciar a los otros por sus respuestas a nuestras preguntas.
Quizá es un poco lo que quiero sugerir para concluir estas reflexiones lo
importante,
lo significativo y decisivo en la vida humana, no sea tanto, realmente, las
respuestas que damos a las preguntas de otros sino las preguntas, interrogantes y
cuestiones que orientan nuestras vidas y nuestros vínculos con el resto de la
humanidad y de la creación toda. Quizá una de las tragedias de las culturas
occidentales (tragedia de cristianismo, liberalismo y socialismo, entre otros
movimientos) es que con demasiada frecuencia nos hemos aferrado a ciertas
respuestas que hallamos para nuestras indagaciones originales.¡Y hemos dejado
de vivir la búsqueda que dio origen a muchas de nuestras tradiciones!
Permítanme ser un poco irónico. Muchas "preguntas" son "de mentira". Es
decir, no son preguntas que realmente buscan enriquecer la sabiduría personal ni
la vida de una comunidad, sino que procuran cosas como afirmar o confirmar el
poder de unas personas sobre otras. Son, por ejemplo, las preguntas hechas por
alguien que, arrogantemente, está seguro de "poseer la respuesta correcta" y busca
una de dos: sea ridiculizar a la persona interrogada, "probándole" cuan
"equivocada" está, sea "controlar" a la persona interpelada a ver "cuánto y qué
sabe", para así clasificarla en en una jerarquía y darle instrucciones de cómo llegar a la
cima , por encima de los demás.
Muchas de nuestras preguntas, además, son postizas, no son realmente
nuestras: son apenas las preguntas que se nos dispara incesantemente desde los
medios de comunicación masiva y desde las élites del poder; son apenas las
preguntas a las que nos hemos acostumbrado por comodidad y/o temor y son,
sobre todo, las preguntas que no nos inquietan porque ya vienen con sus
respuestas prefabricadas y empaquetadas. No son preguntas que cuestionen,
reanimen ni nutran nuestras vidas ni nuestros vínculos con los demás. No son
verdaderas preguntas.
Yo llamaría verdaderas preguntas a aquellos interrogantes vividos como
hondamente importantes y urgentes, pero para los cuales se cree NO tener
respuesta (y quizá nunca, nadie, tuvo ni tendrá respuesta definitiva). Son las
cuestiones que, por eso mismo, empujan a quienes las viven a procurar a otras
personas a ver si las pueden ayudar a responder esas preguntas; o a ver si, juntas,
logran construir respuestas provisionales, más o menos orientadoras, para
sostenerse en las preguntas; o al menos, a ver si compartiendo con otras la
perplejidad y la angustia propias se hallan el afecto, la comprensión y la esperanza
necesarias para orar agradecidas mientras se vive la búsqueda incesante de
respuesta a las cuestiones centrales
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