Max Scheler: “La teoría de los valores”
Enviado por xiuxiru • 11 de Octubre de 2015 • Monografía • 2.166 Palabras (9 Páginas) • 1.064 Visitas
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Colegio República del Brasil, Concepción
Max Scheler: “La teoría de los valores”
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Integrantes: Camila Boglio
Eduardo Hermosilla
Yesenia Pereira
Curso: 4°A E.m
Fecha: 04/09/2015
Introducción
El presente informe tiene la intención de dar a conocer la teoría propuesta por Max Scheler con respecto a la Axiología o Filosofía de los valores. Antes de profundizar en este tema, y para contextualizar, conoceremos un poco sobre el autor y el origen de su rama de estudio.
Max Scheler fue sin duda uno de los pensadores más sobresalientes de la Europa del primer tercio del siglo XX. A su muerte Heidegger dijo de él: que era «la potencia filosófica más fuerte en la Alemania de hoy; e incluso en la filosofía del presente en general…». Es muy difícil pensar en gran parte de la Ética, de la Psicología o de la Antropología del siglo XX sin el influjo de Scheler; también en Sociología, en Filosofía de la religión, y hasta en Teología moral las aportaciones de este autor fueron decisivas. Con respecto a la filosofía de los valores el término filosófico “valor” no era ciertamente nuevo. En el siglo XIX Lotze y Nietzsche, cada cual a su modo, lo habían divulgado, y a principios del siglo XX Meinong y Ehrenfels, discípulos de Brentano, lo afianzaban epistemológicamente. Husserl ya contaba con él como concepto clave en su doctrina ética. Pero corresponde sin duda a Scheler el desarrollo de su papel capital en la fundamentación de la ética en todos sus campos: los bienes, los fines, los deberes, las virtudes, los sentimientos y el carácter o personalidad moral.
Desarrollo
Sabemos que los objetos de nuestro mundo poseen propiedades muy variadas, desde su forma hasta su textura y sonido. Pero además de estas, Scheler sugiere que algunos elementos poseen otro tipo singular de cualidades; los valores. El valor es un concepto de difícil definición por su carácter complejo y porque constituye objeto de estudio de diferentes ciencias, tales como la Filosofía, en sus ramas de la Ética, (de la cual forma parte la Axiología) y la Estética, la Sociología, Psicología, y la Pedagogía. El concepto de valor ha sido comparado con un poliedro, que tiene múltiples caras y que puede analizarse desde ángulos o visiones diferentes.
Los valores son, según Scheler, cualidades; aquello que se impone a nuestra preferencia por sí mismo, aquello no natural pero tampoco ideal para que nos deje indiferentes; de hecho la comparación que varias veces ofrece los asemeja a los colores. Los colores hacen a las cosas coloreadas, los valores tornan los objetos buenos (o malos); los colores no existen propiamente sin cuerpos extensos, los valores tampoco sin objeto alguno. Y así como se puede pensar y establecer leyes acerca de los colores con independencia de las cosas coloreadas, igualmente los valores pueden ser objeto de consideración y de teoría con independencia de las cosas valiosas o bienes. Yo puedo referirme a rojo como pura cualidad, por ejemplo, como puro color del espectro, sin concebirlo como la cobertura de una superficie corpórea, y ni aun siquiera como algo plano o espacial. Así también valores como agradable, encantador, amable, y amistoso, en principio me son accesibles sin que haya de representármelos como propiedades de cosas o de hombres.
Presentes en los valores también podemos encontrar ciertas características de las cuales tenemos tres fundamentales:
- La Preferibilidad
- La objetividad
- La polaridad
La Preferibilidad: es aquello que se encuentra en lo más íntimo del valor, aquello que se rige por un matiz valioso entre la abundancia de posibilidades según las cuales algo puede ser atractivo o repulsivo y de lo cual el ser humano siente cierta inclinación. Por ejemplo, la primacía que tenemos de la obra de Shakespeare sobre una telenovela barata o de un diamante sobre un trozo de vidrio.
La objetividad: Consiste en que los valores se dan en las cosas o personas (objetos) independientemente de que sean conocidos, o no, por alguien en particular.
Así, por ejemplo, el valor “utilidad” reside en una máquina de escribir, aunque ésta caiga en poder de unos salvajes analfabetos que no conozcan su uso y, por tanto, su utilidad. El valor moral de una persona reside en ella, aun cuando otros la juzguen en sentido opuesto, e inclusive, aun cuando el propio sujeto no sepa valorizar su propia actitud honesta. Vale decir también que no es lo mismo el valor que la valoración. El valor es objetivo, se da independientemente del conocimiento que de él se tenga. En cambio, la valoración es subjetiva, o sea, depende de las personas que juzgan. Sin embargo hasta la misma valoración, para que sea valiosa, necesita ser objetiva, es decir, basarse efectivamente en los hechos reales que se están juzgando y no ser un producto arbitrario de las tendencias viciosas o circunstanciales desfavorables del que juzga. En síntesis:
- El valor es objetivo porque existe aparte de un sujeto o de una consciencia valorativa
- El valor es anterior a la valoración
- Las cosas no tienen valor porque las deseamos, sino que las deseamos porque tienen valor.
La polaridad: El valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda polaridad encierra los dos valores límites: bueno-malo (moral); verdadero-falso (ciencia); bello-feo (arte). Al primer término de toda valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a estos últimos también se les llama disvalores o contravalores.
La característica de polaridad o bipolaridad consiste en que los valores se presentan desdoblados en un valor positivo y el correspondiente valor negativo. Es necesario advertir que el contravalor no implica una inexistencia o negación del valor positivo; el valor negativo tiene tanta existencia efectiva como el valor positivo.
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