Mileto
Enviado por Paoaranngo • 25 de Enero de 2015 • Informe • 355 Palabras (2 Páginas) • 227 Visitas
Su trazado reticular, planeado por Hipódamo de Mileto, llegó a ser el diseño básico de las ciudades romanas. Mileto también poseía un puerto, antes de que fuera encenagado por los aluviones causados por el Meandro.
Mileto fue una de las ciudades involucradas en la Guerra Lelantina, que tuvo lugar en el siglo VIII a. C.[5] En el siglo VII a. C., Mileto había conseguido un imperio marítimo en liza con la poderosa Lidia.
La ciudad de Mileto fue una de las 12 ciudades jonias de Asia Menor, coaligadas de la Liga Jónica.[6]
En el año 546 a. C., la costa de Jonia fue conquistada por el Imperio aqueménida. Si bien Mileto estaba incluida en esta región, aparentemente por ser una de las ciudades más importantes, los persas decidieron no invadirla.[7] La consecuencia fue que la ciudad helena entró en contacto con el pensamiento oriental, posibilitando no sólo la difusión de estas ideas entre los griegos, sino también dándole la posibilidad a los milesios de conocer culturas completamente diferentes. Algunos autores suelen atribuir a este hecho el surgimiento del pensamiento racional occidental, encarnado en la filosofía de Tales.
Cuando Síbaris, que mantenía estrechas relaciones con Mileto, se hundió totalmente a causa de los celos de la vecina ciudad de Crotona (511-510 a. C.), parece que los milesios se pelaron al rape en señal de duelo.
Cuando el rey Ciro I de Persia derrotó a Creso de Lidia, en la batalla del río Halis (547 a. C.), Mileto cayó bajo gobierno persa. En 502 a. C., la revuelta jónica (500/499-494 a. C.) comenzó en la isla de Naxos. El tirano de Mileto, Aristágoras, había convencido al sátrapa persa de Sardes, Artafernes, para realizar una expedición conjunta contra la isla de Naxos.[8] Pero la empresa fracasó, y como Aristágoras temía que el Gran Rey le pidiera cuentas, vio su salvación en la revuelta jónica, que fue acaudillada por el propio Aristágoras, mientras que su suegro, Histieo, que se encontraba retenido en la corte persa, le animó a ello desde Susa.[9] Si bien Esparta denegó su ayuda,[10] Atenas envió veinte naves que se hicieron acompañar por otras cinco de la ciudad de Eretria,[11] pero después del incendio de Sardes se negaron a seguir apoyando a los jonios.</ref>Heródoto V,103.</ref>
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