Mirada A La Colonialidad
Enviado por jrzarramera • 24 de Abril de 2013 • 3.035 Palabras (13 Páginas) • 2.779 Visitas
MIRADA A LA COLONIALIDAD
COLONIALIDAD DEL SABER Y SU IMPACTO
“América Latina sigue siendo hoy un tema para sus artistas e intelectuales, pero además (y eso es quizá lo más importante) se ha constituido en un problema. Problema para quienes lo abordan y para quienes lo eluden; para quienes lo afirman y para quienes lo niegan; para quienes lo asumen desde su entraña misma y para quienes lo examinan desde lejos; aunque el catalejo sea parisiense, londinense o romano, la mirada sigue siendo inevitablemente latinoamericana...” Mario Benedetti (1982; 32)
La formación de recursos propios en ciencia y tecnología que posibiliten la solución de problemas en las áreas que son consideradas prioritarias y estratégicas para nuestros pueblos es una tarea ardua que requiere de inicio una apertura de mirada que sea inevitablemente latinoamericana, aunque, parafraseando a Mario Benedetti, los recursos se formen en París, Londres, Italia o cualquier otra parte del mundo, sin eludir, claro está, el compromiso de nuestros Institutos y Universidades que tienen la carga principal. Ver hacia el viejo continente o hacia los Estados Unidos como modelo y aprender de sus avances está muy bien, pero el enfoque teórico, las visiones, los métodos, los temas y la problemática son distintos, diversos y de una naturaleza y significación propias.
El primer reto para la construcción del conocimiento propio es romper los “parámetros civilizatorios del razonamiento”, de lo dado y por tanto inmutable, del estar ahí como sujeto cristalizado o mimetizadado. Esto implica, saber diferenciar política y éticamente, lo que es información de lo que es pensar críticamente esa información. El pensar critico es un proceso complejo de construcción de otro conocimiento, es el conocimiento otro sobre la realidad. Es plantearse el reto de enseñar a pensar y aprender a aprehender. Es decir, posesionarse del conocimiento, asumirlo como un compromiso en donde constantemente se cuestiona, no solo la teoría, sino también la realidad presente.
El planteamiento pedagógico desde esta perspectiva implica “darse cuenta” y “dar cuenta”. La conciencia es una acción de optar, elegir y operar en consecuencia. Actuar en congruencia con el momento histórico que nos toca vivir; el conocimiento se nos rebela como un arma de cambio necesario, como la construcción de estrategias y reposicionamientos desde visiones críticas que permitan falsear los conocimientos que consideramos teorías acabadas. Por lo tanto, el desafío no solamente es la formación de esa conciencia crítica, sino también la construcción de un conocimiento histórico que nos permita hacer, construir o intervenir en la realidad aplastante que se nos presenta como única.
En la construcción del conocimiento, asumiendo qué se observa, desde dónde, cómo se observa y lo más importante, el “límite” hasta donde ha llegado el conocimiento, que hace que se piense en la categoría de ese espacio relacional, o interfaces, donde se enfrenta el “yo” con el “otro yo”, esto es una relación de experiencia entre contrarios y de significados discordantes o en crisis y conflicto, donde se excluye uno al otro porque no hay una codificación de lo simbólico construido desde la comprensión de la exterioridad, de la otredad, o de la exclusión social.
La diferencia de conocimiento parte de los significados discordantes en crisis o conflicto que se explica a través del proceso de integración capitalista, de manera particular es el pensamiento judeo-cristiano que se presenta como hegemónico y como única forma de construcción de conocimiento, entre el imperialismo europeo de corte anglo sajón y el imperialismo asiático hay diferencias específicas, pero también particularidades compartidas, las que no vamos a entrar a detallar, pero si tenemos la obligación de subrayar que es a partir de esta división que deviene el concepto de hemisferio oriental y occidental, entonces, para nosotros esta es otra diferencia, que permite entender cómo es la reorganización del orden mundial, que se acentúa, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo se divide en países del Este y Occidente, a partir de ideologías y formas de pensamiento enfrentados (capitalismo y socialismo) como modelos de pensamiento hegemónicos, la especificidad de este enfrentamiento no termina con la caída del Muro de Berlín en 1989.
A partir del 11 de septiembre de 2001, dando un salto importante que se revela como una nueva década perdida para América Latina, pero de consolidación del modelo neoliberal que se presenta con fin de la historia, la derecha de occidente discute el problema de la reorganización estratégica del mundo, ponen en la mesa de debate las diferencias de occidente con respecto al mundo árabe y se llega a la conclusión de que no hay un punto de referencia, que las similitudes son pocas y las diferencias son abismales tanto ideológicas como culturales, además, los países árabes tienen el agravante desde la visión hegemónica occidental, de ser pueblos donde el “terrorismo” puede ser un factor de desequilibrio, para las ambiciones neoimperialistas de los ocho países desarrollados, ya que aquellos "han acumulado conocimientos científicos que les permite utilizar armas de destrucción masiva" (bacteriológicas y nucleares), esto para el guardián de occidente es inadmisible y con pruebas evidentemente falsas se lanza a la recomposición geográfica del mundo musulmán.
Como estos hechos se dan en su forma política, con graves consecuencias sociales y de pérdida de vidas inocentes, pocos nos damos cuenta que estos hechos se inscriben también dentro de lo que se conoce como geopolítica del conocimiento que se inscribe en múltiples formas que dan sentido propio a la colonialidad. Los estudiosos del tema Aníbal Quijano, Walter Mignolo y Eduardo Lander, entre otros, identifican tres tipos de esta forma hegemónica de dominio neocolonial:
La colonialidad del poder permite la clasificación racial, sobre la base de los procesos de trabajo y la división internacional del trabajo.
La colonialidad del saber (o los distintos saberes instituidos) los tradicionales y los nuevos que se convierten en objeto de estudio. La colonialidad del saber desprestigió todas las “otras” formas de pensamiento “otro”, diferentes al pensamiento imperial; el pensar en contra, a partir de “otros” fenómenos y “0tras” realidades.
La colonialidad del ser, tiene efectos perniciosos ya que crea una visión en el colonizado acentuando su falta de capacidad intelectual y su inferioridad racial frente a todo lo que implica el mundo occidental aceptando acríticamente todo lo proveniente incluso sus modas, sus costumbres y su cultura, en este sentido todos los pueblos
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