Monadología

La Monadología se considera una de sus obras capitales de Leibniz, y está compuesto de 90 párrafos que tratan el concepto y esencia de la “Mónada”.

La mónada es una substancia simple, que entra a formar los compuestos, esto quiere decir sin partes. Se podría decir que sólo existen las substancias simples, pues lo compuesto no es más que un montón de substancias simples, explica que donde no hay partes, no hay extensión, ni figura, ni divisibilidad y las mónadas son los verdaderos átomos de la naturaleza y los elementos de las cosas. Por otra parte no es concebible de manera alguna por la cual pueda una substancia perecer naturalmente, por la misma razón, no hay tampoco manera por la cual una substancia simple pueda comenzar naturalmente, no se puede formar por composición. Las mónadas sólo pueden comenzar por creación y acabar por aniquilamiento, en cambio lo compuesto comienza y acaba por partes.

No hay manera de explicar cómo una mónada puede ser alterada en su interior por otra criatura. Los accidentes no pueden desprenderse de las substancias, como antiguamente hacían las especies sensibles de los Escolásticos, en una mónada no pueden entrar de fuera ni substancia ni accidente alguno. Es preciso que las mónadas tengan algunas cualidades, pus de lo contrario no serían ni siquiera seres, y si no defirieran por sus cualidades no había medio de apercibirse de ningún cambio en las cosas. Cada mónada es diferente de otra cualquiera, en la naturaleza no existen dos seres que sean perfectamente el uno como el otro, y en los cuales no sea posible hallar una diferencia interna. Se dice que todo ser creado está sujeto a cambio, y por consiguiente también la mónada que asimismo, es creada, e incluso que el tal cambio es continúo en cada uno. Los cambios naturales de las mónadas vienen de un principio interno, puesto que ningún elemento exterior puede influir en su interior. Además del principio el cambio, haya un detalle de lo que cambia que haga la especificación y la variedad de las sustancias simples, este detalle debe envolver una muchedumbre en la unidad o en lo simple, en todo lo natural hay algo que cambia y algo que permanece.

La percepción es el estado transitorio en la mónada y debe distinguirse de la conciencia o apercepción. Los cartesianos no han tenido en cuenta aquellas percepciones de las cuales no apercibimos. Esto los llevo a dar la mente como la mónada y que no había alma en los animales. Han fomentado el dualismo escolástico del alma separada del cuerpo. Y lo que hace cambiar de una percepción a otra se llama: apetición. La percepción no explica por figuras y movimientos, “la percepción es lo que hace diferente al humano de la máquina”.

También podría darse el nombre de “Entelequia” a todas las substancias simples o mónadas creadas, pues tienen en sí mismas cierta perfección, su autosuficiencia las transforma en fuente de sus acciones

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