Niccolo Machiavelli

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   “El hombre por naturaleza es perverso y egoísta, sólo preocupado por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás, sin importar los medios que tenga que utilizar para conseguirlo”. No mide las consecuencias de sus actos para alcanzar y permanecer en el esplendor  del poderío. El deseo del hombre de superioridad, posesión, autoridad, control, dominio e influencia sobre los demás, define el término de poder.  

   En los últimos siglos, el poder ha sido el motor de la sociedad política de gobierno en nuestro país, es la  aspiración y finalidad de los gobernantes del siglo XXI.

   El régimen de gobierno de la nación  mexicana, al igual que el de muchas otras naciones, está fundamentado en los ideales políticos y filosóficos de Nicolás Maquiavelo.

      Maquiavelo  ha sido considerado el fundador de las ciencias políticas y el padre de la política moderna,  su ideología ha teniendo gran influencia en el desarrollo político desde el siglo XVI hasta hoy día, sus fundamentos políticos y pensamiento filosófico está plasmado en sus grandes obras.

    “El Príncipe” es la obra más importante y polémica de Maquiavelo.      Una amplia serie de frases escritas del año 1513 por un funcionario apartado del servicio en carencia, se convirtieron en  uno de los libros más ardorosamente debatidos, más profundamente inquietantes y más importantes de la civilización occidental, unos lo consideran una guía para tiranos orientadores,  para otros abrió el camino a la tolerancia étnica y religiosa, a los derechos humanos individuales y a las democracias modernas; sin embargo a provocado que el nombre de Maquiavelo haya sobrevivido a través de los siglos como sinónimo del mal.

    En ésta obra, Maquiavelo, hace una extensa descripción del Estado, de sus gobernantes, de la búsqueda incansable del dominio, de cómo llegar a la cúspide del poder y cómo permanecer ahí. Expresa características, que sin lugar a duda,  también son propios de nuestro sistema de gobierno y de nuestros  representantes políticos, descripciones que corresponden a nuestro aquí y ahora.

    La corriente filosófica Maquiavélica, desembocó en un gran doctrina política, que hasta hoy día tiene vigencia; Maquiavelo fue y sigue siendo uno de los autores más brillantes en cuanto política y  ejercicio de poder se refiere.

   Hablemos pues, de la vida e ideología de Nicolás Maquiavelo,  así como del paralelismo filosófico y político maquiavélico y el régimen de gobierno del siglo XXI en nuestro país.

Nicolás Maquiavelo,  “El Príncipe”

   Nicolás Maquiavelo (Niccolo Machiavelli), nació el 3 de mayo de 1469 en San Casciano in Val di Pesa, Florencia, Italia; en el seno de una familia de clase media, hijo de Bernardo Machiavelli,  y de Bartolomea di Stefano Nelli.  Fue un diplomático,  funcionario público,  escritor,  político y filósofo, además de un hábil militar reconocido.

    Figura relevante del Renacimiento Italiano. Su juventud coincidió en una sociedad bajo el mandato de Lorenzo de Médici, “El Magnífico”.

   La caída de los Médici en Florencia ocurrió en 1494, después de la caída de los Médici, Maquiavelo, a la edad de veintisiete años, se integraba en el servicio público, entra de forma oficial a la administración, como secretario de la señoría que precedía a la segunda cancillería encargada de cuestiones militares del interior y del exterior,  cumple distintas misiones en Italia y el exterior, esto tiene como consecuencia la base de formación de su pensamiento político y militar. Durante estos años, Maquiavelo desempeña grandes cargos en el gobierno republicano florentino, demostrando sus grandes habilidades como organizador militar, estuvo viajando por toda Italia, y conoció  a grandes señores y gobernantes. Participa activamente en la vida política hasta los cuarenta y cuatro años, dedicándose entonces a la teoría política.

   Durante su carrera como oficial, Florencia fue libre bajo el gobierno de una república, la cual duró hasta 1512,  con el regreso de los Médici al poder, éste es un año de suma importancia para Maquiavelo, con los Médici otra vez a la cabeza, termina su carrera política, es acusado de conspiración y ser el enemigo real y político y desterrado de la ciudad por casi un año,  preso y torturado. Desde ésta serie de sucesos Maquiavelo se retira a una finca cerca de San Casciano, y es ahí donde escribe el libro “El Príncipe” en 1513,  mientras se encontraba confinado,  dedicado a Lorenzo II de Médici, en respuesta a dicha acusación, a modo de regalo y con la esperanza de ser reintegrado al servicio público.

   “El Príncipe”,  es un libro que trata sobre el poder, el poder político inspirado en una época de ciudades-estado o principados, gobernados por hombres llamados príncipes, consta de veintiséis capítulos cortos en los que se aborda desde la organización del gobierno, hasta cómo seleccionar a los colaboradores,  se escribió con la intención de escandalizar y reeducar al lector y lo sigue consiguiendo en la actualidad, su objetivo era desafiar a los líderes políticos de su tiempo y explicar a príncipes y aspirantes al trono el funcionamiento real de los entresijos del poder, sugiere al príncipe que antes que nada debe saber luchar, debe aprender a ser despiadado y cruel, a mentir y a faltar a su palabra, y a estar preparado para violar los principios morales y religiosos cuando le convenga, pero también expresa la necesidad de parecer compasivo, moral y devoto.

     “El político ha de ser una persona hábil, capaz de manipular situaciones valiéndose de cualquier medio, a de poseer destreza y una equilibrada combinación de fuerza y tesón, además de intuición para sortear los obstáculos que se le presenten y una carencia total de escrúpulos, ha de ser además capaz de actuar según los cambios momentáneos, buscando apoyos forzando traiciones según las circunstancias, en consecuencia el político no debe poseer virtud alguna, pero a de simular poseerlas todas, lo que su cuñe actuar con absoluta  indiferencia ante el bien y el mal con absoluto despotismo”

      Maquiavelo distingue dos actitudes del pueblo hacia el gobernante, el amor y el temor, pero ante todo esto siempre debe evitar ser odiado, considera que convendrían las dos, pero como esto es imposible, lo mejor es ser temido,  debido a que los hombres tiene menos miedo a ofender al que ama, pues el amor está mantenido por un vínculo que debido a la naturaleza mala y despiadada del hombre se rompe, pero el temor se mantiene por el miedo al castigo. El gobernante debe ser tirano y despiadado con el fin de causar pánico y que  nadie se atreva a revelarse, sin importar los medios de que tenga que hacer uso para mantener el orden y seguridad, para cumplir sus propósitos.

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