Ninguna eternidad como la mia. Volvamos al libro de Mastretta
Enviado por Cris Sheco • 14 de Septiembre de 2015 • Tarea • 444 Palabras (2 Páginas) • 209 Visitas
Ninguna eternidad como la mía es, a la fecha, una de las pocas novelas cortas que he vuelto a leer, y me gusta mucho porque es muy corta. Bueno, releí el libro de Ángeles Mastretta debido a que es una de esas historias de amor, pero de amor propio, que no se entienda como “de superación personal, típica de la escuela best seller”. digo, entonces, y aclaro la idea: es una novela que, al final, no es de amor, sino de esperanza y desesperanza, de relaciones de género, y que nos recuerda el derecho y deber de vivir la vida con intensidad, incluso a sabiendas de que ello tiene un precio; la vida como acto masoquista.
Es una novelita cuya subjetividad permite más de una entrada de lectura: puede ser lo que el lector de turno quiera, especialmente si se encuentra en una de esas etapas existenciales… obligado a tomar decisiones…
Volvamos al libro de Mastretta
Muchas novelas son extensas porque tienen párrafos y capítulos de relleno. Cosa opuesta ocurre con muchas novelas cortas, pues te dejan con la impresión de que falta algo… quizá algunos párrafos o tal vez capítulos. Sin embargo, no es el caso de Ninguna eternidad como la mía, cualidad que me recordó un poco a Pitigrilli, Baricco, Kundera y García Márquez.
El argumento es sencillo: Isabel Arango nace en una población costera.
Durante su juventud, desea no repetir la historia de sus padres y opta por trasladarse a la capital y formarse como bailarina. De esta manera, termina instalándose a los pies de dos volcanes, el Popocatépetl y la Ixtazíhuatl, confidentes y testigos del desarrollo de esa etapa de su vida. En la ciudad conoce a Javier Corzas, joven poeta del que se enamora perdidamente y ante el que recita un ensalmo que pasó de generación en generación, desde que su bisabuela lo escribiera y legara a sus descendientes; un texto que recita de memoria, a guisa de juramento, declarando que se compromete a pagar el precio de vivir con intensidad. Así, Isabel entabla una relación apasionada con Javier, a través de la cual comprenderá que la eternidad no es para siempre.
El desenlace del relato, aunque cerrado, deja una sensación a final abierto; porque nos permite terminar la historia como nosotros queramos. Yo asimilé lo siguiente: No se está en condiciones de juzgar a los demás, porque nadie ha vivido lo que ellos, la misma historia. Nadie vivió lo que Isabel Arango, tal como ella misma afirma en un pasaje del relato: “Tengo a estos volcanes de testigos. Ninguna eternidad como la mía”.
Debo confesarlo, Ninguna eternidad como la mía me sigue impactando, no como antes, pero impactando al final de cuentas.
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