Obstáculos Y/o Posibilidades Del Deseo Concebido Como Pasión Del Alma En El Contexto De Las Sociedades De Control.
Enviado por decatali • 5 de Febrero de 2014 • 1.601 Palabras (7 Páginas) • 306 Visitas
Obstáculos y/o posibilidades del deseo concebido como pasión del alma en el contexto de las sociedades de control.
En el texto de Gilles Deleuze llamado Posdata sobre las sociedades de control, el autor evidencia que en la población de esa índole, el deseo se percibe según lo que René Descartes explica como Las pasiones del alma, en el libro que lleva ese nombre. Las mismas funcionan a la vez como motor y tentación para el hombre, debido a la libertad de elección y a la condición involuntaria humana de la emoción. Ambos filósofos coinciden en su estudio, ya que proponen la intervención y el bloqueo de los deseos para lograr componer el ideal de un hombre racional, capaz, obediente y conciente de sus actos.
Los animales y los ángeles son diferentes a todos los ejemplares humanos, tanto a nivel corporal como del alma. Ellos están conformados puramente por cuerpo y alma respectivamente. Los primeros emiten sus sentimientos por instinto. En cambio los ángeles son representaciones volátiles, y pueden ser considerados como superiores. Los hombres están constituidos al mismo tiempo por cuerpo y alma. Con el cuerpo pueden variar el destino geográfico, moverse, adoptar diferentes cambios. Asimismo su alma funciona de una forma próxima a la de la mente, puede querer o no, dudar, entender, percibir o imaginar.
En el contexto de las sociedades de control, se crea una figura del hombre muy particular. Como explica Deleuze: “Los individuos se han convertido en <<dividuos>>...” . Se conserva al hombre ocupado, ya sea con su trabajo, con su hogar, con los medios de comunicación o la situación económica que lo afecta, para poder inspeccionarlo. Él no se piensa como una máquina y no se lo mantiene encerrado, porque se han inventado nuevos aparatos que cumplen con esa función, como la computadora, el televisor, la consola de juegos, el automóvil. El hombre tiene aspiraciones y pretende conseguir algo. Es el exterior lo que lo seduce. Más precisamente aquellos objetos que le producen placer o rechazo, con sólo verlos o imaginarse con ellos. De igual forma, se siente pleno al poseer las cosas que le hacen sentir bien. Si bien en algunos casos sus sentimientos o emociones pueden resultar también un obstáculo porque el alma pudo engañarlo al mostrarle cierta contradicción, o limitarse a sentir determinadas y demasiadas cosas, como explica Descartes en el Artículo XLVI, todas las razones explicadas anteriormente llevan al hombre a querer optimizar y ampliar su patrimonio, por él y sobre los demás. Tiene el propósito de obtener un mayor caudal de ganancias y resultados más aprovechables o eficaces de la forma más reconfortante posible. En este sentido, se cumple lo que habla Descartes en el Artículo LVII llamado El deseo, dado que explica como esas pasiones tienden siempre a querer que algo cambie o se mantenga en un fututo. Sin embargo, el hombre al mismo tiempo se adapta y se controla. Se crea en su intimidad la conveniencia de elegir entre sus posibilidades. Considerando el Artículo LXXXVI del autor citado anteriormente, es posible agregar a lo dicho que el filósofo concibe la pasión del deseo como “…la agitación del alma causada por los espíritus…”
La situación y ubicación del hombre es efímera, porque se toma la vida de esa manera. Reconoce que hoy puede estar y existir, pero mañana ya no. Puede mutar o desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Es por esto que usa su racionalidad como herramienta. Pone en juego sus aptitudes y habilidades. La sed de victoria lo invade, pero es conciente de que puede ganar o perder, de un instante a otro. Puede disminuir o aumentar notablemente sus ganancias. No obstante, sabe que para progresar y acceder a un nuevo nivel, debe sortear una serie de pruebas, obstáculos, e incertidumbres. Varios problemas y dificultades se cruzarán en su camino. En su esencia y sus conocimientos, así como también en sus astucias y destrezas, que la vida le entregó o recaudó después de varias experiencias, está la clave que lo llevará al triunfo o a la desidia. Debe reprimir sus impulsos. Tiene que pensar detalladamente, estudiar minuciosamente o analizar con severa determinación; las estrategias que lo auxiliarán, las posibles dificultades que aparecerán para no cruzarse con ellas, y los rápidos arreglos con los que solucionará cualquier inconveniente. No puede dejarse llevar por sus propias pasiones, dado que éstas lo pueden llevar a dar un paso en falso y arruinar todo lo que ha construido con esfuerzo hasta el momento. Su razón lo ayudará a “…distinguir el bien del mal y conocer su justo valor, a fin de no tomar uno por otro y de no querer nada en exceso” .Cueste lo que
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