PARADIGMAS

El paradigma empírico-analítico, representa el modelo de conocimiento positivista que se funda en la razón y en las teorías de la medición, y representa el método clásico o dominante. Este paradigma postula la existencia de una realidad objetiva que es posible conocer empíricamente a través de métodos cuantitativos, construyendo modelos que permiten explicar y predecir fenómenos similares (generalizar a partir de experiencias fraccionadas). Actualmente, está en boga junto a éste, el paradigma post-positivista, más flexible en sus sustentos, pues orienta que dicha realidad nunca podrá ser totalmente aprehendida ya que su obediencia a leyes naturales sólo podrá ser entendida de manera incompleta (Sandoval, 2006).

El paradigma hermenéutico-interpretativo, tiene como finalidad averiguar cómo la interacción humana da origen a la creación de normas y conductas que están gobernadas por estas normas. Estudia a las personas en sus escenarios naturales y descubre el significado de situaciones en la vida cotidiana. Esto constituye un enfoque interpretativo de los objetos. Este paradigma entiende que hay una realidad subjetiva que no está separada del sujeto que la aprehende (Medina, 1994; Valdez, 2006).

El paradigma sociocrítico, postula un acercamiento circular, dialéctico y que incluye la dimensión histórica de los fenómenos. Este paradigma tiene como característica que, el investigador observa e interpreta, seleccionando del contexto lo que es significativo con relación a la construcción teórica que está realizando. Aquí, el investigador se interesa por la transformación de los procesos que incluyen los fenómenos y no en la sola descripción de los fenómenos (Medina 1995; Valdez 2006).

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