PAZ Y GUERRA
Enviado por Sebastian Arteaga • 3 de Abril de 2020 • Trabajo • 404 Palabras (2 Páginas) • 103 Visitas
Paz y guerra
Cuando la sociedad se halla correctamente ordenada al bien común, posee los bienes de la unidad y de la paz.
La “paz” puede considerarse en primer lugar en la persona individual. En este sentido, dice Santo Tomás que es el “reposo del apetito en la posesión del bien”. Dios es el bien del hombre, y por lo tanto la verdadera paz sólo existe en el alma cuando se ama a Dios. La alegría y la paz que puede experimentarse con otros bienes es meramente temporal. Ningún bien parcial puede realmente aportar una paz duradera: ningún bien puede satisfacer completamente al hombre excepto el infinito Bien que es Dios. Como no podemos alcanzar perfectamente la posesión de Dios, la verdadera paz en esta vida es imperfecta: la verdadera paz existe sólo en la posesión de Dios en el Cielo. Pero, para no confundir la paz con la inmovilidad de la muerte, dice también Santo Tomás que la paz “requiere lucha para apartar los obstáculos”. También la “unidad” depende de la total ordenación al bien: cuanto más se ama a Dios sobre todas las cosas, tanto más se halla uno unificado o posee unidad de vida.
La paz y la unidad en la sociedad son el resultado de la paz y la unidad de las personas que la componen: si tales personas aman y quieren el Bien, están todas ellas unidas en la paz, pues no hay motivo para disputas. Pero si, contrariamente, prefieren la búsqueda de otros bienes a la de Dios, la fragmentación de los fines lleva a conflictos que turban la unidad y la paz. Si la ordenación al bien común, que es Dios, se ha roto, todas las formas sustitutivas de humanismo o de filantropía sin fútiles.
El conflicto y la guerra son, por lo tanto, siempre malos. Son la expresión del pecado: la separación del hombre de Dios. Pero no es menos cierto, sin embargo, que por desgracia, hay a veces “males necesarios”. La guerra puede ser en un caso particular un mal necesario si se cumplen las siguientes condiciones morales.
1) Si hay una causa justa, por ejemplo, reprimir a aquellos que están destruyendo fatalmente el bien común.
2) Si está motivada por una intención recta que busca la verdadera paz.
3) Si está motivada por la autoridad pública y no por individuos.
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