PERFECCIÓN NATURAL VS LA IMPERFECCIÓN HUMANA

PERFECCIÓN NATURAL VS LA IMPERFECCIÓN HUMANA

ESCRITO POR: LAURA BASTIDAS

Este documento, presenta un análisis acerca de algunos de los efectos ambientales causados por la intervención humana sobre las cadenas tróficas, entendidas como las cadenas de la alimentación que construyen la pirámide de la vida en los organismos del planeta, y los ciclos de la materia entendidos como los procesos de transformación que tienen los elementos químicos en relación con todo lo que existe en el universo.

De esta manera, es importante tener en cuenta que la vida en la tierra no solo se debe a la energía que el sol nos entrega sino que también influyen varios aspectos de la misma para el funcionamiento óptimo de todo, como por ejemplo, el papel que cumple la fotosíntesis como acto inicial de la vida, donde la energía solar se convierte en energía orgánica, que de una u otra forma es esencial para el desarrollo de las cadenas tróficas y  los ciclos de la materia^[1].

Por ello, el ser humano no se puede creer del todo que es la especie “principal” o la “punta de la pirámide”  en nuestro planeta, ya que existen especies y procesos en  la tierra, a los que se le debe el origen de la vida. Nosotros simplemente somos una pieza más del armazón tan perfecto que el planeta posee para vivir, por tanto es necesario que la intervención del ser humano complemente esos procesos de la naturaleza y trabaje de la mano con todas las especies.

Teniendo en cuenta que las cadenas tróficas son integradas por especies autótrofas y heterótrofas, donde las primeras se alimentan de sí mismas y las segundas se alimentan de otras. El ser humano viene siendo una especie integradora de la cadena, que debe respetar su papel en el proceso y no atentar contra el mismo, ya que a lo largo de los años el ser humano cuenta con una lista grande y gorda de todos los daños que ha causado en el planeta debido a su sed incesante de “evolución”.

Esos daños no solo han provocado efectos directos en las cadenas tróficas que permiten el traspaso de energía de especie a especie en la tierra, sino que también han influido drásticamente en los ciclos de la materia que permiten el uso perfectamente organizado de los elementos químicos para el disfrute de la vida. Ya que el ser humano ha intervenido en el ecosistema de forma tan desmedida, que hoy en día el planeta mismo se ha encargado de presentar las respuestas de esa intervención humana que lo ha afectado con el tiempo.

Un ejemplo claro de lo explicado, lo podemos ver en el caso de la cadena trófica marina, que según un estudio de la revista Science, se ha descubierto que la sobrepesca de especies de los últimos niveles trae efectos en otras especies de la cadena alimenticia, sobre todo en depredadores dependientes, donde pescar anchoas, sardinas, arenques y macarelas, incluso a niveles sostenibles, provoca grandes impactos en mamíferos marinos, aves marinas, tiburones y peces más grandes^[2], como las orcas que han tenido que cambiar su dieta alimenticia, disminuyendo la población de nutrias en el océano y aumentando a su vez la población de erizos de mar, alimento de nutrias por excelencia, que ciertamente afectan a bosques de Kelp, donde algunas especies marinas habitan para su sobrevivencia^[3].

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