PRINCIPIOS FUNDAMENTALES (FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN)
Enviado por guthy1307 • 24 de Enero de 2013 • 1.559 Palabras (7 Páginas) • 1.252 Visitas
La Filosofía de la Educación pretende una comprensión fundamental, sistemática y crítica del hecho educativo. Este carácter específicamente filosófico de la asignatura o de tal estudio, distinto del que ofrece una Teoría General de la Educación, debe despertar en el estudiante un claro asombro investigador, una perplejidad activa y una reflexión en profundidad que permitan conocer el hecho educativo desde sus presupuestos antropológicos y filosóficos. Tarea no fácil, pero tarea posiblemente gratificante y necesaria.
Filosofía de la Educación; entonces es la disciplina que estudia el comportamiento de la educación a la luz de las leyes que regulan el desarrollo de la sociedad humana, desde que el hombre apareció en la tierra, hasta el momento actual y de las que gobierna cada formación económica-intermedio social en particular; disciplina que además, estudia las diferentes concepciones del mundo y la formas como ellas conciben el hecho educativo, en sus elementos y movimientos fundamentales. La Filosofía de la Educación puede considerarse como el saber teleológico de la educación. La consideración de la finalidad conforma nuestra disciplina, de manera que no sólo consta del estudio del fin de la educación, sino también del estudio del sujeto y de la propia acción educativa, pero contempladas desde la perspectiva de la finalidad. ¿Para qué se educa? Tal es la cuestión última en la Filosofía de la Educación. La filosofía de la educación trata de comprender o interpretar la educación en relación con la realidad sin perder el punto de vista de esta realidad, reflexiona sobre su naturaleza, esencia y valores de la educación. El hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico, psíquico y social. Pero no lo es en forma pasiva sino activa. Está frente al mundo provisto de una actividad espiritual (del alma según los griegos) y de una concepción de la vida. A través de esta idea básica encuentra la explicación de muchos "por qué", aparte de la posibilidad de enfocar a la realidad como a un todo. En primera instancia la filosofía es entonces una concepción del mundo y de la vida que repercute sobre la conducta. Esto sucede no sólo con la filosofía de los "filósofos profesionales", sino también con la "filosofía" del hombre común. Toda teoría filosófica conduce a una actitud e intenta explicar unitariamente la realidad. Por eso se dice que la filosofía es una reflexión totalizadora en cuyo campo entran tanto lo natural como lo humano. De lo dicho se deriva la importancia de la filosofía para la educación. Si ésta pretende formar al hombre en su integridad, ¿quién más que la filosofía puede darle una idea de esa integridad? El educador, así mismo, no puede emprender su misión, si antes no se ha trazado por lo menos un esbozo del punto a que se debe llegar, es decir una "imagen" del hombre a formar. Por eso, esencialmente, la filosofía que fundamente la acción educativa debe ser una "filosofía de lo humano".
La educación hoy es un constante desafío tanto de pregrado como en postgrado. Hay múltiples exigencias como acortar los años de estudios, impartir menos clases en aulas y más trabajo en casa. Esto último es uno de los temas de mayor complejidad. Ya que debemos definir cual es la forma correcta en la cual el alumno crea una metodología de estudios y como se inculca esta. Es decir crear los mecanismos correctos y efectivos para el cumplimientos de estos planes; sin que estos, sean coercitivos o restrinjan las libertades de espacios, creando tal dependencia al trabajo y al estudio que no permitan el ejercicio del ocio necesario para la distracción mental o para los quehaceres personales y familiares.
Sobre todo hoy en la actualidad la distracción aparece como una fase del día imprescindible; se da cada día más valor al esparcimiento y al apego a la familia, consecutivamente; para darle tranquilidad al cuerpo y mente, y para acrecentar una estabilidad afectiva. Estas fases inciden claramente en los niveles de estrés y productividad de todo individuo. Por ende las Universidades deben fijar su políticas de estudios, bajo estas consideraciones.
Las apreciaciones antes descritas, no son tarea fácil para ninguna institución. Deben estar dadas por diversos estudios y causas, inclusive de factores étnicos o culturales de la sociedad en la que está inmersa, pasando por todo tipo de factores incidentales de los educandos. Así se deben ir creando estudios, idealmente anuales que entreguen márgenes; que pueden ser estadísticos, de apreciación y de concepción que incluyan la valoración por épocas de estos fundamentos educacionales en el alumnado.
Pero así, para los fines del presente trabajo el tema a tratar es la educación de postgrado la que presenta mayores dificultades primeramente por la complejidad de las materias a
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