Palabras clave. Negatividad de la prohibición. Hombre tardomoderno. Animal laborans. Libertad obligada. Multitasking. Aburrimiento.

“LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO”, de Byung- Chul Han (2010)

*Yazmin Harlem López Avilés.

Introducción.

La Sociedad del Cansancio es una dolorosa reflexión filosófica contemporánea poco esperanzadora; Buyung-Chul Han, filósofo de origen coreano con estudios en Filosofía, Literatura Alemana y Teología en la Universidad de Múnich, nos ofrece su análisis crudo y reflexivo del estado actual de la sociedad en general, del hombre moderno y hacia dónde se dirige este; para Han el individuo se encamina hacia una regresión, hacia la poca reflexión, el agotamiento generalizado y la propia esclavitud motiva e incitada por sí mismo, una regresión que se antoja peligrosamente hasta principio evolutivo establecido por Darwin. Esto es lo que nos devela el filósofo Han en su libro la Sociedad del Cansancio, pequeño libro de 79 hojas editado en Berlin, pero de gran impacto.

Palabras clave. Negatividad de la prohibición. Hombre tardomoderno. Animal laborans. Libertad obligada. Multitasking. Aburrimiento.

Resumen.

La Sociedad del Cansancio nos alerta sobre lo que ya algunos filósofos vislumbran, las consecuencias de una vida fatigada a la que el hombre moderno se ha sometido, el “castigo” auto infringido por un rendimiento laboral llevado al límite, siendo este su propio verdugo, no es de sorprender que las enfermedades mentales sean una característica de este, todas son posibles de adquirir, como la más común, la depresión, esta auto sobre explotación lleva al individuo a un cansancio constante e interminable.

Somos una sociedad en la que los requerimientos del estado moderno del ser lo llevan al límite, el obrero ya necesita ser explotado por su patrón, sino que estos se explotan a sí mismo y se llevan a límite, Han establece que desde la óptica de Michel Foucault vivimos en una sociedad disciplinaria, una sociedad disciplinaria es una sociedad de la negatividad, la negatividad de la prohibición, su característica es el “no-poder”, incluso, el deber que lleva a la obligación. El ser humano actual está obligado a actuar de manera casi automática, sin tomarse mucho tiempo para pensar y meditar, simplemente accionar y responder de manera rápida a los requerimientos del mundo moderno, esta negatividad tiene como consecuencia depresivos y fracasados señala Han. Ehrenberg considera la depresión como una condición patológica del fracaso del hombre tardomoderno, Han considera que el hombre depresivo es aquel animal laborans que se explota a sí mismo, sin coacción externa.  En realidad lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e incisiva, sino el imperativo del mandato der la sociedad del trabajo.

Nietzsche dirá que aquel tipo de ser humano está a punto de convertirse en una realidad de masa ya no es ningún superhombre soberano, sino el último hombre que tan sólo trabaja. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento, convirtiéndose así en autoexploración, resultando esta más eficaz  que la explotación por otros. Es víctima y verdugo.  Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen  precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica.

El hecho de habernos convertido en multitasking no significa ni representa un progreso, ya que este no es algo para lo que el ser humano tardomoderno este programado, se trata más bien de una regresión, el multitasking está ampliamente entendido entre los animales, el animal debe tener cuidado constantemente de no ser devorado a su vez mientras se alimenta, al mismo tiempo tiene que vigilar su descendencia y no perder de vista sus parejas sexuales; al animal está obligado a distribuir su atención en diversas actividades, de este modo no se halla capacitado para la inmersión contemplativa. Los recientes desarrollos sociales provocan que la sociedad humana se acerque cada vez más al salvajismo. El acoso laboral, por ejemplo, alcanza dimensiones pandémicas. La preocupación por la buena vida, que implica también una convivencia exitosa, cede progresivamente una preocupación por la supervivencia.

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