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Papel Del Maestro


Enviado por   •  25 de Abril de 2013  •  1.271 Palabras (6 Páginas)  •  561 Visitas

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Revista Iberoamericana de Educación

Número 17

Educación, Lenguas, Culturas

Mayo-Agosto 1998

El papel del maestro en la Educación Intercultural Bilingüe

Javier Serrano Ruiz (*)

(*) Javier Serrano Ruiz es magíster en Lingüística y Educación y consultor de la Corporación para el Desarrollo de la Educación Básica de Colombia.

En este trabajo me refiero a la Educación Intercultural como enfoque educativo general para las poblaciones de países en los cuales conviven grupos culturalmente diversos. Considero la Educación Intercultural Bilingüe como modalidad particular de la anterior, apropiada para colectivos, de ordinario pueblos indígenas y grupos negros o afroamericanos que se encuentran en situación socioeconómica desventajosa, son minoritarios en el contexto de los Estados nacionales y poseen lenguas y culturas, o elementos de ellas, particulares.

Con este marco expongo algunas reflexiones en torno a las funciones específicas de los maestros, su formación inicial y en servicio (llamada también profesionalización, capacitación o perfeccionamiento) y la participación de los pueblos en el diseño, planificación y ejecución de los programas de Educación Intercultural Bilingüe. Trataré de hacerlo teniendo en cuenta aspectos generalmente significativos, pese a la variedad de nuestros países.

1. Introducción

La diversidad cultural no suele ser por sí misma objeto de atención en las políticas educativas, excepto cuando grupos particulares disponen de capacidad económica y respaldo político, como ocurre con la educación privada para jóvenes de ascendencia cultural extranjera, abierta también a los nacionales.

Procesos de descentralización administrativa como los que han llevado a cabo durante las últimas décadas la mayoría de nuestros países suelen ser ocasión para un relativo incremento en la valoración de características regionales y locales, así como para decisiones internas de instituciones y comunidades educativas.

Sin embargo, la experiencia centralista homogeneizante de muchos años no se rompe sólo por decisiones políticas. Aunque la lengua no es la cultura sino uno de sus aspectos, es posiblemente el más visible y, por tanto, más allá de ella lo que se hace en relación con la diversidad suele limitarse al plano en que maestro y alumnos comparten en forma espontánea pautas inconscientes.

El relativo auge de las tendencias regionales y locales en el marco de procesos de descentralización no significa por sí mismo énfasis intercultural, especialmente cuando la diversidad no es tematizable en forma tan clara como ocurre con la lengua.

Podría también pensarse que la diversidad no tiene que considerarse, necesariamente, entre culturas regionales sino entre paradigmas como urbano y rural. En este caso, habría que pensar en caracterizaciones más precisas que los lugares comunes, simplificaciones también homogeneizantes, del tipo «urbano equivalente a moderno y letrado; rural equivalente a arcaico y oral».

De otra parte, las consideraciones de lo intercultural no son neutras. Cuando las relaciones socioeconómicas entre campos culturales son desiguales, y cuando se trata de políticas sociales institucionalmente definidas, existe hegemonía en las relaciones. Entre grupos sociales el más poderoso tiende a imponer valores, actitudes y, en muchos casos, decisiones. Finalmente, esta dinámica se manifiesta en prestigio y valoraciones inequitativas de formas de vestir, comer y comportarse, de lenguas y dialectos.

Pero no son las culturas las que se relacionan entre sí, sino los sujetos. Más que de educación intercultural, como si las culturas fueran homogéneas, deberíamos hablar de educación para la diversidad. Esto es válido para la población no hablante de lenguas vernáculas, lo mismo que para los indígenas y grupos de lenguas criollas, e incluye en este caso el componente del bilingüismo.

La educación para la diversidad comprende lo referente a formación de los maestros, a planes de estudio y a formas pedagógicas, entendidas como maneras de actuar en la escuela; todo lo que en ella se hace es pedagogía, inclusive lo menos explícito, el llamado «currículo oculto».

Ahora bien, cuando se habla

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