Platón y su maestro
Enviado por DDS1493 • 19 de Abril de 2015 • Ensayo • 5.164 Palabras (21 Páginas) • 230 Visitas
Platón y su maestro
Como todos lo sabe Sócrates fue el maestro de Platón, Su mentor, compañero y amigo, pero para saber cómo y porque este personaje tuvo tanta influencia en su vida tenemos que saber quién fue Sócrates.
Reflexión se centró en el ser humano, particularmente en la ética, en lo que es correcto, lo que es, y lo que no es. Y sus ideas pasaron a los dos grandes pilares sobre los que se asienta la historia de la filosofía occidental: Platón, que fue discípulo directo suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de Platón.
Sócrates fue hijo de una comadrona (partera) la cual respondía al nombre de Faenarete, y de un escultor, su nombre era Sofronisco, Ambos nacieron y residieron toda su vida en aquella gloriosa ciudad llamada Atenas, También tenía un lejano parentesco con Arístides el Justo. Pocas muy cosas se conocen con certeza acerca de la biografía de Sócrates, ya que en aquel tiempo nadie se preocupó realmente por ir documentando los sucesos y acciones más resaltadas de las vidas de las personalidades de aquellas épocas
Se sabe que este participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.
La mayor parte de las cosas que se saben sobre la vida de él procede de tres personas que vivieron en su misma época o un poco después: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, Las nubes (423), donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso.
Estos dos testimonios enfatizas la imagen que Platón crea en nuestra mente acerca de Sócrates ofrecida por Platón en sus más grandes obras: Diálogos, en los que aparece como el protagonista , Dando una imagen de una persona en exceso idealizada: que tiene una pregunta para todo lo cual para algunas personas es problemático, porque a nadie le es placentero que se le pregunte y se le intente confundir o hacer ver que sus conocimientos o saberes no son certeros, Esta fama es sustentada en uno de los diálogos de Platón, Cuando el joven menos intenta hacerle saber que él es un conocedor y que sabe lo que es la virtud y se puede enseñar, a lo que Sócrates con una serie de preguntas y pensamientos le hace ver que sus ideas no tiene buenos fundamentos por lo cual no es un saber, se podría decir que las cosas se saben o no se saben, no existe la posibilidad de un Saber a medias.
Ah… Sócrates! había oído yo, aun antes de encontrarme contigo que no haces tú otra cosa que problematizarte y problematizar a los demás. Y ahora, Según me parece, me estas hechizando, embrujando y hasta encantando al punto que me has reducido a una madeja de confusiones. Y si se me permite hacer una pequeña broma, diría que parecidísimo por tu figura como lo demás a ese chato pez marino, El torpedo.
Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez. En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado.
Al parecer, y durante buena parte de su vida, Sócrates se dedicó a caminar y deambular por los parques y plazas donde hacia una especie de conferencia o exposición en las cuales hablaba de sus pensamientos y sus conocimientos, interrogaba a las personas intentando hacerse de nuevos conocimientos pero su principal cometido era el de enseñarle a la gente la virtud, a pensar, y lo que es correcto.
Comerciantes, Artesanos y Campesinos eran los principales espectadores de sus largas conversaciones, y a su vez desempeñaban el papel de interlocutores para sostener largas pláticas, con frecuencia parecidas a largos interrogatorios. Este comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la mayéutica.
El mismísimo Sócrates comparaba este método de enseñanza con el oficio de comadrona que ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo a pesar del ya saber la verdad, él pensaba que el conocimientos ya estaba en nosotros desde siempre, como si la verdad yaciera alojada ya en su alma, Su método era hacer que la persona encontrara la verdad por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y se oponía a sus respuestas generando más preguntas, o una serie de argumentos inteligentes que eran negativos a las respuestas del interrogado llegando a confundirlo , de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.
En sus conversaciones filosóficas, al menos tal y como quedaron reflejadas en los Diálogos de Platón, Sócrates sigue, en efecto, una serie de pautas precisas que configuran el llamado diálogo socrático. La mayoría de las ocasiones comienza la conversación alabando la sabiduría de su interlocutor y presentándose a sí mismo como un ignorante, una persona escasa de conocimiento al que le interesaba aprender: tal fingimiento es la llamada ironía socrática, que se encuentra en la primera mitad del diálogo. En ella, Sócrates hacia una pregunta, por ejemplo¨: ¿qué es la virtud? y aplaudía la respuesta del interlocutor, pero luego oponía con sucesivas preguntas o contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas, sumiendo en la confusión a su interlocutor, que acababa reconociendo que él también estaba en la ignorancia absoluta acerca del tema en cuestión. -
Este logro era un punto esencial ya que: no puede enseñarse algo a quien ya cree saberlo. El paso número uno para llegar a la sabiduría es saber que no se sabe nada, o, dicho de otro modo, tomar conciencia de nuestro desconocimiento. Una vez que se admite la propia ignorancia, comenzaba la mayéutica propiamente dicha: por medio del diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates iba conduciendo a sus interlocutores al descubrimiento (o alumbramiento)
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