¿Pobre justicia o justicia pobre?

¿Pobre justicia o justicia pobre? 

Respetado presidente de la judicatura superior, me dirijo a usted como profesional en motivo de exponerle la siguiente preocupación con base a la nueva metodología de ocupación laboral que se ha realizado en los procesos que se llevan en el trabajo desde casa por parte de los jueces. Para ello hablaremos de la insuficiencia general presentada en los despachos y falta de dotación en coyuntura de la pandemia.

Criticamos la morosidad, las decisiones e incapacidad para actuar; señalamos causas de la insuficiencia de los despachos judiciales por cantidad de procesos, escases de dotación, medios físicos, tecnológicos, logísticos y económicos presentes. La pandemia convirtió  su funcionamiento en periodo permanente de vacaciones remuneradas, siendo así, la virtualidad es un método bien intencionado dirigido a mantenernos a salvo de la enfermedad vigente, sin embargo se han evidenciado en su mayoría resultados desastrosos, los cuales han conducido a la mecanización del derecho sacrificándolo como ciencia; las  innumerables fallas técnicas y humanas que afectan a los ciudadanos, la poca laboralidad  de los funcionarios desde los hogares a donde tal vez podemos asumir que la generalidad invierte el tiempo en oficios domésticos u otros labores  dejando de lado su función judicial. Lo anterior, se argumenta con la injustificada demora en los tramites de procesos de la ciudadanía que representa la denegación de justicia agregando también las acciones del gobierno anunciando reformas a la justicia, así mismo se introdujeron modificaciones en procedimientos, que han contribuido muy poco a solucionar sus problemáticas, como consecuencia a lo anterior la inseguridad está desbordada. El sistema oral ha fracasado, la incapacidad del Estado para investigar tuvo como consecuencia el ofrecimiento de rebajas de penas, privilegios al delincuente como: detención domiciliaria, principios de oportunidad y demás beneficios, que han servido de estímulo al delincuente y acrecentar la impunidad.

La reforma a la justicia que debate el Congreso debe partir de la voluntad política de dotar al poder judicial y órganos investigativos de: presupuesto necesarios, de procedimientos agiles, imparciales, y orientados a una nueva y verdadera justicia independiente, la cual debe ser ágil y equitativa de acuerdo a lo que recita la ley, blindada en contra de la corrupción igualmente dotarla de un régimen disciplinario rígido, efectivo y autónomo que garantice al ciudadano tradicional la eliminación de prácticas que dañan la recta administración de justicia.

En Colombia es de necesidad primordial, que todos los funcionarios   judiciales, la academia, abogados litigantes y miembros de las demás ramas del poder seamos conscientes de que como funcionarios tenemos la obligación de proteger al ciudadano y así mismo recuperar la confianza en el estado pero más importante rescatar la  grandeza de la JUSTICIA como único medio de obtener y conservar la paz en nuestro país y extirpar el cáncer de la corrupción que nos lleva a construir un mejor país para todos y todas. 

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