Podemos definir el constitucionalismo como la forma de organizar un Estado cimentándolo en una ley suprema

Podemos definir el constitucionalismo como la forma de organizar un Estado cimentándolo en una ley suprema, llamada Constitución, al que el resto de las normas jurídicas deben respetar. Entre sus principales características podemos decir que establece la forma de gobierno, divide los distintos poderes del estado delimitando sus atribuciones, crea medios efectivos para la protección de los derechos fundamentales, establece la forma de participación ciudadana en la gestión pública y marca las pautas para la organización política del Estado.  

El constitucionalismo ha influido de manera significativa desde el momento mismo del surgimiento del Estado dominicano notándose en diversas etapas, raíces de la Constitución de los Estados Unidos (forma de gobierno, enunciación de los derechos), de la Constitución española (Tribunal Constitucional, instauración del Estado Social y Democrático de Derecho, etc.) y de la Constitución haitiana y francesa. Entre los aportes más relevantes del constitucionalismo dominicano podemos encontrar la constancia del principio de Supremacía de la Constitución, la limitación de los poderes del Estado a los fines de evitar la arbitrariedad y la constante enunciación de los derechos fundamentales en la Carta Suprema.  

El Estado dominicano, durante toda su trayectoria, ha afrontado varias etapas de inestabilidad, reflejándose en rupturas políticas y constitucionales. Cuando nos referimos a la ruptura política hablamos de la inconstancia de las autoridades políticas que deben dirigir el estado, como es el periodo de 1865 al 1899 donde hubo alrededor de quince cambios de gobernantes; Es  necesario aclarar que esto no implica necesariamente una ruptura constitucional. Cuando nos referimos a una ruptura constitucional podemos aludir a dos situaciones: primero puede referirse a la aplicación de una nueva Constitución, siendo esto generalmente un cambio radical en la organización del Estado (Promulgación de la Constitución del 2010 que abroga la del 2002); o a la aplicación de un texto extranjero abandonando los nacionales (periodo de anexión a España, Intervención norteamericana 1916-1924, entre otros.)  

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