Politica Y Felicidad

Política y Felicidad

La felicidad para algunos políticos es alcanzar el poder por la vía que fuere, ya que alcanzando el poder todos sus problemas quedaría resueltos ‘’de la noche a la mañana’’.

Las utopías eran propuestas ideales para alcanzar la felicidad, bajo las diversas sociedades, situadas en aquellos espacios donde se llegaba casualmente. Estas utopías eran prácticamente inalcanzables, o bien, eran los modelos ideales para medir aquella inadecuación de la realidad histórica presente.

Existen unos planteamientos por parte de ciertos filósofos en los cuales se dice que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII hubo una combinación entre utopías e historia. En la cual, una primera etapa fue publicada en una novela en el año 2440, donde se plantea que la perfección no se sitúa ya en el espacio, sino en el tiempo: en el futuro. Para estos fines la perfección y la felicidad de la sociedad humana estarían en el futuro.

La Segunda etapa Sostiene que el hombre nace bueno por naturaleza y es la sociedad que lo corrompe. Esta etapa surge con la propuesta de Jean Jacques Rousseau.

Una tercera etapa, donde se plantea que si se quiere extirpar la corrupción de los hombres hay que eliminar con fuerza la injusticia de los estados. Esta ocurrió como consecuencia de los resultados extraídos en la práctica de los Jacobinos.

La cuarta y última etapa se inicia con Marx, la cual tiene lugar a través de las contradicciones. Aquí se ve la actividad revolucionaria como una ayuda que se presenta al acontecer de lo inevitable, donde la política es la que ha de realizar el trazado o la tendencia de la victoria hacia una sociedad libre de obstáculos que impide a los hombres ser felices. Además, se vincula a la utopía en el esfuerzo de expandirse a si misma a través de una dinámica interna, ya que la historia cambiaria el sentido que se le daba el inicio de la modernidad de ser concebida como narración de una serie de acontecimientos.

Las Consecuencias de La trama entre historia y utopía trae como resultado la fortaleza que ha de concebir la historia a través de las utopías adquiriendo una lógica finalista propia que las viejas propuestas no poseían, o Mas bien, podemos decir, que la inserción de la utopía como constructor posible en la historia transformo el sentido histórico, ya que la utopía pierde el carácter tradicional y características propias.

Para algunos filósofos lo que hoy ha entrado en crisis ha sido la alianza entre historia y utopía y se plantea en la historia sagrada, propuesta de nuevo por el ‘’fundamentalismo’’, que celebra la derrota del proyecto moderno de contribución de una historia totalmente inmanente en la ‘’posmodernidad’’, que registra el final de las ilusiones emancipadoras y del empuje propulsor de la modernidad.

Actualmente, desconfiamos totalmente en las propuestas políticas, ya que, la búsqueda de la felicidad, o más bien, una vida menos riesgosas y con mejores oportunidades, tiende a separarse

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