¿Por Qué La Evaluación Está Enferma?
Enviado por ddelquen • 9 de Diciembre de 2013 • 1.180 Palabras (5 Páginas) • 289 Visitas
¿Por qué la evaluación está enferma?
La revolución estudiantil ha puesto sobre la mesa un debate que a todo ciudadano preocupa: la equidad y calidad en la educación. Cada cierto periodo, estamos atentos a la múltiples demandas que estudiantes y profesores, e incluso ciudadanos, exigen como un derecho indiscutible. Dicho movimiento ha generado un cuestionamiento no sólo a la responsabilidad que el Estado debiese cumplir para velar que todos los estudiantes tengan acceso a una amplia cobertura en sus estudios, independientemente del grado que cursen; sino además ha calado profundo en el sistema educativo en general, obligándolo a mirar sus prácticas y reparar qué tan efectivas, significativas y de calidad son.
Por otro lado, todo esto ocurre en un contexto en el que nuestro país se incorpora a grandes tratados de comercio (OCDE), además de estar inserto en una época de grandes avances tecnológicos en una era global. Lo anterior, demanda individuos cada vez más preparados, competentes, proactivos, que sepan enfrentar la incertidumbre de un siglo donde la información es inestable y cambiante, etc.
Considerando este panorama, cabe preguntarse si este modelo educativo cubre las necesidades de todos los niños, jóvenes y familias de nuestro país. También es interrogante si dicha forma de enseñar es partidaria de una sociedad cada vez más multicultural, etaria y socialmente diversa. Sin embargo, al observar las brechas que separan a los diferentes grupos socioeconómicos, pareciera que estamos muy lejos de lograr los anhelados ideales de las demandas estudiantiles.
Es por esta razón que cualquier educador consecuente y comprometido con su quehacer podría formularse las siguientes preguntas: ¿Por qué nuestro país no logra estándares altos en educación que favorezcan una mejor calidad de vida para todos? ¿La selección de los contenidos es realmente interesante y significativa para la vida cotidiana? ¿Por qué no todos los niños y niñas de Chile logran alcanzar los objetivos mínimos propuestos en los planes y programas educativos? ¿Qué sucede con la nueva generación que no encuentra sentido al simple hecho de asistir a clases?
En esta breve reflexión indagaré sólo en un aspecto fundamental del proceso educativo que es la evaluación, indagando en algunas de sus falencias y tratando de explicar por qué razones se ha transformado en un mito que limita las posibilidades de crecimiento, además de reproducir un modelo favorecedor a la elite.
Partiendo por la idea de evaluación, se podría señalar que es un proceso que involucra la toma de decisiones necesarias para encauzar otro proceso macro: enseñanza – aprendizaje. En este contexto, es una forma de acompañamiento necesario en donde todos los actores del proceso son necesarios: educandos, docentes, apoderados, comunidad, etc.
Sin embargo, en nuestras aulas, la evaluación sólo se ha remitido a la medición de aprendizajes (calificación) y se ha centrado sólo en la figura del estudiante, con lo que el sentido de acompañamiento se ve truncado, otorgándoles responsabilidades a sólo unos actores en desmedro de otros. Nuestras mediciones SIMCE, pensando sólo en la sigla, ya es limitadora puesto que cuestiona el rol del docente en desmedro de otros factores que también son relevantes tales como: contexto, cultura, formación inicial, etc.
La medición es sólo un aspecto muy mínimo, en lo que respecta a la evaluación, pero que, sin embargo, se ha ganado un alto prestigio para comparar realidades que pueden ser muy distintas entre alumnos, establecimientos, etc. A través de estas mediciones, los colegios se juegan su prestigio ante los padres y apoderados, quienes ven en un colegio “exitoso” las oportunidades para salir de situaciones de desigualdad social. Los colegios que no entran
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