Posmodernidad
Enviado por albornoz • 26 de Noviembre de 2012 • 3.356 Palabras (14 Páginas) • 317 Visitas
Posmodernidad
El término posmodernidad o postmodernidad designa generalmente a un amplio número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, definidos en diverso grado y manera por su oposición o superación de las tendencias de la Edad Moderna. En sociología en cambio, los términos posmoderno y posmodernización se refieren al proceso cultural observado en muchos países en las últimas dos décadas, identificado a principios de los '70, esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término posmaterialismo.
Las diferentes corrientes del movimiento postmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea de que el proyecto modernista fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social.
Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la postmodernidad. La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los principales inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto la escasez e imprecisión de los datos a analizar y la falta de un marco teórico válido para poder hacerlo extensivo a todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama posmodernismo. Pero el principal obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva coherencia.
Se suele dividir a la postmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico. Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido de familia centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de teología autoritaria, el posmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos.
Escuela de la Bauhaus.
Las principales características del pensamiento posmoderno son:
Antidualista: Los posmodernos aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el postmodernismo valora y promueve el pluralismo y la diversidad (más que negro contra blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los intereses de "los otros" (los marginados y oprimidos por las ideologías modernas y las estructuras políticas y sociales que las apoyaban).
Cuestiona los textos: Los post modernos también afirman que los textos -históricos, literarios o de otro tipo-- no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos "que sucedió en realidad". Más bien, estos textos reflejan los prejuicios, cultura y era particulares del escritor.
El giro lingüístico: El posmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber ningún pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente la verdad.
La verdad como perspectiva: Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que ser algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros
La Postmodernidad
El término posmodernidad nace en el domino del arte y es introducido en el campo filosófico hace una écada por Jean Lyotard con su trabajo La condición moderna (1983). La noción se ha difundido ampliamente pero en general su uso indiscriminado conduce a confusión, ya que en realidad pueden distinguirse tres actitudes posmodernas.
La primera, la de aquellos que van a la zaga de la escuela neomarxista de Frankfurt; los Habermas, los Adorno, los Eco etc, que critican a la modernidad en aquello que le faltó llevar a cabo como proyecto moderno de los filósofos del Iluminismo. En una palabra, su crítica a la modernidad radica en que no acabó su proyecto. Y así pueden afirmar: «fieles a los ideales de la Ilustración para trabajar por Las Luces de hoy» (J. Derribar: L'autre cap); «Es necesario retomar el proyecto del Iluninismo» (A. Finkielkarut: La défaite de la pensée).
La segunda, es la de aquellos representantes del pensamiento débil, los Lyotard, Scarpetta, Vattimo, Lipovetsky etc., que defienden un posodernismo inscrito en la modernidad. Es decir que son los autores que en su crítica a la modernidad proponen una desesperanzada regisnación. Pero sin abandonar su confianza en la razón entendida al modo moderno. Así podra afirmar Lipovetsky; «No tiremos al niño con el agua del baño: las perversiones de la razón prometeica no condenan su esencia. Si la razón moral amarra el cabo, sólo la razón instruida puede acercarnos a puerto» (G. Lipovetski: El crepúsculo del deber, Ed. Anagrama, Barcelona, 1994, p. 19).
Su mérito estiba en que la aguda descripción de una realidad alienante que entorna al hombre de hoy, como lo es el poder caso omnímodo de los medios de comunicación con su capacidad de «dar sentido» a las cosas y noticias que valoradas y analizadas en sí mismas carecen de sentido». La obsesión por lo nuevo, que lo hace convertible con lo verdadero. el dominio de la publicidad, ue al poner el ser a la venta confunde la existencia con mercadería. La manipulación de la naturaleza por la técnica, considerada falsamente como un instrumento con neutralidad ética.
Estas dos actitudes se caracterizan más bien como una crítica a la modernidad, que como una propuesta positiva a la superación de la misma.
En nustra Artgentina actual donde la imitación tintinea por todas partes los que «trabajan de filósofos» -grondona, Sebrelli, E. Díaz, López Gil, O. Terán, Marí etc.- se columpian alegremente entre estas dos corrientes in entender nada (Cfr. los suplementos culturales de «Clarín» y «La Nación»).
Finalmente, la tercera actitud es la de aquellos pensadores como R. Steuckers, G. Fernández de la Mora, M. Tarchi, P. Ricoeur, G. Locchi y otros que, someten a crítica la modernidad con un rechazo de la misma. No sucede
...