Principios Eticos
Enviado por jeffersonjaimes • 15 de Junio de 2014 • 2.402 Palabras (10 Páginas) • 286 Visitas
Principios morales y éticos universales
1) Principio de la dignidad e igualdad humana. Todos y cada uno de los seres humanos, sin distinción de género, raza, etnia, clase o condición social, son poseedores de una misma dignidad especial, por naturaleza o porque Dios se la ha conferido, que les distingue del resto de las criaturas, y son portadores de un mismo valor sagrado, cósmico, único y eterno, que es innato e intrínseco a su condición humana, y por lo tanto todos merecen la misma exquisita consideración y sumo respeto.
2) Principio de la libertad, responsabilidad y creatividad humana. Todos y cada uno de los seres humanos, sin distinción de géneros o razas, están configurados por la naturaleza o por Dios para disponer del más alto grado de autonomía, libertad, responsabilidad y creatividad de entre todas las criaturas, al mismo tiempo que —como organismos biológicos semejantes a los demás seres vivos y cosas— están sujetos a las mismas leyes causales y deterministas de la naturaleza.
• 2.1) La libertad y creatividad son las capacidades que hacen posible que los individuos cumplan los propósitos o fines de su vida, es decir, llegar a ser responsable de sí mismo —preservando su existencia y cultivando libre y creativamente sus propios talentos, habilidades, cualidades y carácter peculiares y únicos— y hacerse también responsable por los demás —contribuyendo de forma voluntaria y creativa al bienestar y felicidad de su familia, comunidad, nación y mundo.
• 2.2) Por lo cual, los individuos adultos no deberían ser tratados como eternos infantes, animales o máquinas manteniéndoles sujeto a una forzada y continua coacción exterior que limite su libertad, autonomía y creatividad impidiéndoles así ser responsables de sí mismo y de los demás, cumplir con los propósitos y fines de sus vidas, y elevar o potenciar su valor como personas.
• 2.3) No obstante, ni la libertad (autonomía) ni la creatividad humana es irrestricta o absoluta, ya que el ejercicio de estas capacidades sólo permiten al ser humano de disponer de un amplio margen de maniobra, pero siempre ajustado a o dentro de un orden legal natural y moral. Además, la libertad, autonomía y creatividad no son un fin en sí mismas sino solamente un medio o instrumento para que el ser humano pueda cumplir, de una manera voluntaria, responsable y creativa, sus propios fines en la vida, y así alcanzar la realización o felicidad plena. Así pues, libertad, creatividad, respeto a un orden legal y moral, y responsabilidad son elementos que siempre van juntos, y no pueden existir unos sin los otros. Cuando alguien no dispone de libertad y creatividad, no puede llegar a ser responsable, pero, si las personas usan su libertad y creatividad de una manera irresponsable (fracasando en cumplir los fines para los cuales han sido hecho) y transgresora (violando el orden legal y moral) se autodestruirán o degradarán a sí mismas, perdiendo o deteriorando seriamente su propia libertad, autonomía y creatividad y la de los demás.
3) Principio de la universalidad de las relaciones de intercambios recíprocos, o principio de dar y recibir. Los seres humanos —igual que el resto de las criaturas y cosas— no están hechos para existir o vivir solos, aislados o completamente independientes, sino que están configurados por la naturaleza o por Dios para mantener múltiples interacciones fisiológicas dentro de sí mismo y con su ambiente, así como para establecer —de forma voluntaria, responsable y creativa— una serie de fluidas, armoniosas y estables relaciones de intercambios recíprocos de amor, afectos, cuidados, ideas, conocimientos, bienes y servicios con otros seres humanos y el resto de las criaturas de la naturaleza, que son vitales para la preservación de su existencia y multiplicación, para el desarrollo del carácter y cultivo de sus talentos, y para poder experimentar el más alto grado de alegría o felicidad compartida.
• 3.1) Las cuatro prohibiciones (no robar, no mentir, no matar y no tener relaciones sexuales ilícitas) y las cuatro prescripciones morales (piedad filial, fidelidad conyugal, fraternidad y lealtad) comunes a todas las religiones y culturas.
• 3.2) Justicia cósmica, retribución divina, ley natural o ley del karma («lo que se da, se recibe», «quien mal hace, mal recibe», «según sean las acciones de los hombres, así será la recompensa», «lo que uno siembra, eso cosechará»).
• 3.3) Principio de la equidad o justicia («dar a cada uno lo suyo») y ley de la reciprocidad (equivalencia entre lo que se da y se recibe, corresponder en la misma medida que se recibe).
• 3.4) Regla de Oro («trata a los demás como queréis que os traten a vosotros») y Regla de Plata («no hagas a los demás lo que no quisieras para ti»).
• 3.5) Principio de la prioridad de dar sobre recibir; valores de la generosidad, altruismo, desinterés, caridad y solidaridad («más vale dar que recibir», «no des esperando ganancias», «nadie busque su interés sino el del prójimo», «cuando tú hagas limosna, no sepa la izquierda lo que hace la derecha», «la más pura acción está en el servicio desinteresado»).
• 3.6) Principio del valor absoluto o supremo del amor incondicional («amémonos unos a otros», «si no tengo amor, no soy nada», «tened benevolencia hacia todos los seres vivientes», «tenéis que mostrar compasión por todos», «ved a todos los seres como unos padres ven a su único hijo», «invierte la ira con perdón», «amad a los enemigos», «conquista el odio con el amor»).
4) Principio del desarrollo moral humano a través de tres etapas. Todos los seres humanos pueden alcanzar una madurez o perfección moral a través de cultivar su capacidad de dar o amar de una manera incondicional y desinteresada, pasando por tres etapas;
• 4.1) una primera etapa de formación moral (edad infantil) en la que la actitud y motivación predominante es egocéntrica e interesada, y en la que el deseo de recibir es más fuerte que el de dar;
• 4.2) una segunda etapa de crecimiento moral (adolescencia, juventud) en la que la actitud y motivación predominante es la de reciprocidad o correspondencia mutua, y en la que se produce un equilibrio, a veces fluctuante e inestable, entre el deseo de recibir y el deseo de dar;
• 4.3) y una tercera etapa de madurez moral (edad adulta) en la que las actitudes y motivaciones se vuelven centradas en los demás y desinteresadas, y en la que el deseo de dar se vuelve más fuerte que el deseo de recibir, incluso hasta el punto de convertirse en un impulso irreprimible de dar o amar de forma altruista, sacrificial y
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