Prudencia

El termino prudencia, como una simple palabra, proviene del latín pre-videre y significa ver antes o tener visión. Pero si le damos un enfoque más ético, este concepto se ramifica, surgiendo de él muchas más definiciones según cada autor.

La prudencia es una virtud que nos permite actuar de tal forma, que nos podamos adelantar a los acontecimientos y que podamos medir nuestras acciones y las consecuencias de estas en nuestra vida diaria. El ser una persona prudente implica actuar de forma inteligente, respetando los sentimientos, la libertad y la vida de las personas que nos rodean. El hecho de actuar de forma prudente significa que ante x situación, siempre se buscara informarse bien, reconocer nuestros perjuicios, además de distinguir entre lo que pueden ser hechos u opiniones, y a partir de todo esto, tomar un postura que vaya de acuerdo a nuestro valores.

Según un famoso pintor, la prudencia es una de las 4 virtudes cardinales; mientras que para el libro “Educando en valores, educando en virtudes” esta forma parte tanto de las virtudes intelectuales como de las morales, pero los 2 coinciden en que esta virtud es una de las principales, ya que esta directamente relacionada con nuestras acciones, las cuales dan forma a nuestra vida.

Para poder desarrollarnos de forma adecuada dentro de la sociedad, es necesario mantener una vida apegada a la prudencia, ya que esta nos permitirá actuar de forma oportuna y correcta, además de que al guiarte de ella se mantiene un respeto hacia la vida de los demás y esto es fundamental para mantener excelentes relaciones y una vida en armonía.

Recordemos, que una persona prudente es aquella que cuenta con la astucia de una serpiente, la fuerza de un león, la agilidad de un lobo y la paciencia de un perro.

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