Reconciliación de la Justicia con la Retoríca
Enviado por Posseidon Store • 11 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.135 Palabras (5 Páginas) • 103 Visitas
¿Cómo se puede reconciliar la justicia con la retórica como herramienta del poder?
En el libro de Diálogos – Gorgias (Calonge, 1987), Platón menciona que es en las democracias donde surge el conflicto entre la retórica y la justicia pues es claro que en las democracias, el poder no esta en uno solo sino en la mayoría, es decir, la mayoría tiene la capacidad y oportunidad de participar y deliberar de cuestiones políticas, pero para poder participar y deliberar de la política de la manera más recta es necesario hombres y mujeres sensatos o prudentes diciendo así que deben ser quienes sean capaces de que con el conocimiento y la experiencia dar y tomar las opciones más rectas.
Diciendo, que como en la democracia pueden participar la mayoría y para que la mayoría pueda deliberar de la mejor manera se necesita de conocimiento y experiencia, entonces es de suma importancia que la mayoría acceda a varios niveles de conocimiento para construir una mejor educación. Sin educación las personas no podrán reconocer entre lo justo y lo injusto, ya que sin educación las personas se dejarían persuadir por creencias falsas, haciendo que las malas costumbres dadas por estas creencias acaben con la ciudad. Es aquí entonces donde se puede apreciar de Romilly en su texto “La ceguera popular”, da a entender sobre que parece o se es justo cuando todos participan con la misma voz y voto en las decisiones del gobierno, pero estableciendo que esto puede llegar a ser peligroso, ya que no todos tienen las mismas capacidades para participar y deliberar en el gobierno (Romilly, 1977).
Cabe recalcar que sin un buen manejo de la oratoria y la retórica, no hay persuasión ni democracia y tampoco se puede tomar la decisión más justa, donde no hay persuasión no hay acción ni obediencia (omai), y donde no hay democracia hay poder. Ya que el fin de la retórica es construir discursos que ayuden a persuadir y movilizar pasiones para tomar decisiones y llevar a cabo acciones, es necesario que tanto el que persuade como el persuadido sean educados y con un buen conocimiento ya que así podrán realizar el mejor uso de la democracia y no dejarse mandar por otros. Porque el bien que debe procurar el orador es el mayor de los bienes porque “El que procura libertad y permite dominar a los demás en su propia ciudad, debe ser capaz de persuadir en toda reunión en que se traten asuntos políticos, a los jueces en el tribunal, a los concejeros en el concejo y al pueblo en la asamblea”. (Calonge, 1987)
Ahora pues, debido a que la justicia no se puede determinar con facilidad, ya que para hablar de justicia toca decir que es lo justo y de esto se puede decir que es lo que conviene al más fuerte siendo de origen del “to dikaron” mejor dicho de lo particular. Entonces de la justicia solo se sabe que es un tipo de orden y debe ser el mejor de los órdenes, diciendo que es necesario saber cómo llevar a cabo tal orden. Puesto que la justicia solo puede llevarse a cabo y prevalecer cuando no hay excesos de riquezas o de pobrezas, solo suficiencia, lo justo para todos, en igualdad, el problema de este planteamiento esta cuando aparecen los lujos y las mayores necesidades, cuando se sobrepasa el límite natural de lo necesario se origina inevitablemente la pobreza o la guerra, donde podríamos tener como ejemplo la ciudad enferma de Glaucón (Carrasco, 2008) donde se podía suponer
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