Reseña El Caballero De La Armadura Oxidada.

Análisis de libro “El Caballero de la Armadura Oxidada”

El caballero de la armadura oxidada es un libro en el que se puede aprovechar hasta el más mínimo enunciado, me gustó mucho leerlo, y disfruté mientras lo hacía ya que de inicio a fin, me dispuse a entrar en aquel tiempo y aquella situación por la que el personaje pasaba. Es natural imaginarse que si habla de un caballero y una armadura, mas o menos trata en la era medieval, y como a mi me encantan las narraciones que existen sobre esas fechas, no me fue difícil imaginarme los senderos, los castillos, las personas, etc.

Al principio del libro, mientras leía aquellas cosas que el caballero, que normalmente hacía lo que todo valiente caballero de esa época, matar dragones, rescatar doncella, por ejemplo, eso al simple vista parece ser buenos reflejos de un noble caballero, ¿no? …Pero al leer lo que pasaba realmente detrás de la armadura, cómo descuidó a su familia, y después, cómo evadía esas quejas por parte de Julieta y Cristóbal, noté que en varias ocasiones me he encontrado en su lugar, pretendiendo que mis obras o mi apariencia luzcan más de lo que deberían. En muchas ocasiones nos obsesionamos con la armadura que nos protege de “sufrir sentimentalismos” creemos que si siempre la llevamos puesta, todo estará bien, seremos estables emocionalmente porque no habrá cosas que nos hiera o nos hagan sentir mal de repente, sin darnos cuenta vamos haciendo fuerte esa armadura, y ya no sólo la llevamos afuera, la traemos puesta en casa, con nuestros padres, hermanos, hijos, etc. Sin pensar que esas personas más cercanas, realmente nos conocen, no necesitan vernos con la armadura, porque saben cuán frágiles somos, conocen nuestros puntos vulnerables y aun así no nos hacen daño intencional, porque son de casa, no son enemigos.

A medida que leía cómo el caballero se desesperaba al no poder quitarse esa armadura después de un tiempo, podía recordar esas veces en las que los malos sentimientos me impedían ver cosas buenas, y no es tan fácil hacer esos sentimientos a un lado. A veces nos cuesta escuchar consejos sabios, no creemos que nuestro problema sea tan complicado hasta que vemos que no podemos salir de él.

Lo bueno, fue que el caballero se esmeró en buscar ayuda, alguien que pudiera decirle al menos cómo quitarse esa pesada armadura. Quizá al principio no lo hizo con tanta humildad, pero aprendió a escuchar, y a hacer lo que el mago Merlín le decía.

Dura cosa fue para el caballero, saber que su esposa no quería saber de él, pensar que ella se sentía mejor sin él, que estar viendo un bulto de acero oxidado y sin sentimientos. Quizá yo en su lugar también me hubiese entristecido, pero eso le dio fuerzas, porque ahora ya no pensaba quitarse la armadura sólo por Julieta y Cristóbal, sino por él, porque ya no podía vivir una vida normal con esa armadura, era muy trabajoso alimentarse, beber,

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