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Resumen De EL PRINCIPE


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  755 Palabras (4 Páginas)  •  1.071 Visitas

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CAPITULO XVI

De la liberalidad y de la miseria.

La prodigalidad y la avaricia

a) Es mejor ser tachado de tacaño que de prodigo (despilfarrador).

b) La prodigalidad aplicada de manera virtuosa no se conocerá y dará fama al príncipe.

c) La liberalidad es perdiciosa y prodiga pero necesaria así que debe ser medida para no llegar al despilfarro.

Cap. 16:

Habla de la prodigalidad y de la avaricia.

Pero es mejor ser tildado de un tacaño que es vergüenza sin

Odio pue el que es prodigo le implica vergüenza con odio, y se dice que los

principados más triunfador entre él prodigo y avaro el que es avaro.

XVI LIBERALIDAD Y PARSIMONIA DEL PRINCIPE: En este sentido, Maquiavelo expone los pro y los contra de dar a conocer la virtud de la liberalidad ante su pueblo, de forma exagerada, por lo que considera que se debe ser moderado o prudente en cuanto a ejercer esta virtud, para asi evitar el odio y repudio de sus gobernados

Capítulo XVIDE LA PRODIGALIDAD Y DE LA AVARICIA La prodigalidad, practicada de manera que sepa que uno es pródigo, perjudica; y otra parte si se la practica virtuosamente y tal como se la debe practicar, la prodigalidad no será conocida y se creerá que existe el vicio contrario, ya que un príncipe no puede practicar públicamente esta virtud sin que se perjudique, si es sensato, que no se preocupe si estildado de tacaño porque, con el tiempo al ver que con su avaricia le bastan las entradas para defenderse de quien le hace la guerra, y puede acometer nuevas empresas sin gravar al pueblo, será tenido siempre por más pródigo, pues practica la generosidad con todos aquellos a quienes no quita , que si innumerables, y la avaricias con todos aquellos a quienes no da, que son pocos.

CAPITULO XXIII

Como se debe huir de los aduladores.

CAPITULO XXIII a) Los hombres deben comprender que los aduladores no ofenden cuando dicen la verdad.

b) Para evitar a los aduladores el príncipe debe designar un consejero que le diga solo lo que desee saber.

c) Conviene que los consejos procedan de quien procedan resultan originales de la prudencia del príncipe y no que esta perezca ser resultado de buenos consejos.

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En este capítulo Maquiavelo hace referencia a un punto que a su parecer constituye un error del que los príncipes si no son hombres de gran sabiduría, y si no han hecho una buena elección, se defienden con dificultad.

Estima que las cortes están repletas de ADULADORES de los que no hay otra forma de guardarse sino la de hacer comprender a los hombres que no te ofenden si te dicen la verdad, pero, por otra parte, si todos pueden decirte la verdad, dejan de guardarte respeto.

Por tanto, un príncipe prudente debe tomar otro camino, que es el de elegir en su estado a unos hombres sabios, para concederles sólo a ellos la libertad de hablarles

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