SECTOR EXTERNO

SECTOR EXTERNO

Desde el inicio de la comercialización del petróleo en 1972, el sector externo ecuatoriano pasó a depender fundamentalmente de esta actividad, así como el conjunto del sistema económico acentuó su dependencia del comercio exterior y la disponibilidad de divisas.

Este sector externo fue afectado por la crisis de la deuda hacia 1982, al incrementarse fuertemente los pagos por intereses, lo que -en una coyuntura comercial poco favorable- duplicó el déficit de la cuenta corriente. La recuperación del equilibrio de esta cuenta tuvo lugar a corto plazo mediante una bonanza de la balanza comercial, no porque se produjera un aumento de las exportaciones sino por la drástica reducción de las importaciones que trajo consigo la contracción de la demanda interna. En todo caso, se puso rápidamente de manifiesto la menor llegada de los capitales exteriores.

El plan de ajuste de 1984 y el respaldo público otorgado a los deudores privados favorecieron una renegociación multilateral de la deuda, en 1984 y 1985. La disminución de la presión acreedora y las oscilaciones en el precio del petróleo, incitaron al gobierno a confiar de nuevo en los préstamos externos para equilibrar la balanza de pagos, lo que significó que la deuda global continuara creciendo hacia fines del decenio. Es difícil que otro país que no fuera productor de petróleo recuperara tan rápidamente la confianza de la banca mundial.

No obstante, hay que destacar que con las políticas de apertura económica se favoreció la agresividad de nuevos sectores exportadores, y especialmente, el referido a los productos del mar. De esta forma, a partir de 1986, los otros principales rubros exportadores (productos del mar, banano, café y cacao) crecieron notablemente hasta convertirse en la mitad del volumen exportador total. Es decir, también debido a las dificultades del sector, si el petróleo era en 1985 el 66% de ese total, en 1989 había caído al 48%, aunque con la guerra del Golfo Pérsico se situó sobre el 50%.

Al comienzo de la década de los noventa, el aumento del precio del banano hizo que este producto, junto al petróleo, representaran más de los dos tercios del volumen exportador. El buen rendimiento comercial de 1990 permitió una sustantiva reducción del déficit de la balanza de pagos y un aumento apreciable en la reserva de divisas. Una medida preventiva ha consistido en formar un fondo de estabilización de 200 millones de dólares, para prever futuras caídas en el

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