SEMBLANZA. SINTESIS. Martin Heidegger

SEMBLANZA

Filósofo y pensador alemán Martin Heidegger nació en Messkirch el 26 de septiembre de 1889 y que falleció en Friburgo de Brisgovia el 26 de mayo de 1976. Aunque tenía vocación sacerdotal (con veinte años ingresó en un seminario jesuita), su salud delicada lo obligó a abandonar el noviciado y centrarse en el estudio de la teología, y posteriormente la filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, de la que fue docente y más tarde rector.

Influido por Sobre los diversos sentidos del ente en Aristóteles, la obra de Brentano que recibió como regalo de su párroco siendo muy joven, comenzó a ofrecer nuevos puntos de vista sobre la filosofía tradicional, y a centrarse en el estudio del ser como nuevo punto de partida con el que revisar la Metafísica.

Animado por Husserl, de quien fue discípulo y quien le enseñó las bases de la fenomenología, desarrolló su pensamiento en su obra más conocida, Ser y tiempo que, junto con varios escritos posteriores, tendría muchísima influencia sobre la filosofía posterior, sobre todo sobre el existencialismo (ya que su ontología abría el debate sobre el nihilismo), sobre el debate del Giro Lingüístico (al reconocer la relación entre Verdad y Lenguaje) y sobre la Hermenéutica, por sus aportaciones a la lingüística y la semiótica.

SINTESIS

En este texto Heidegger analiza desde el punto de vista filosófico la arquitectura, donde se ve un pensamiento que busca

romper con lo que normalmente entendemos de lo que es la arquitectura. No tiene como finalidad significados técnicos ni arquitectónicos, solo se da un punto de vista desde la razón y el pensamiento del autor.

Heidegger menciona que todo construir ya es un habitar y nosotros no lo entendemos de esa manera porque los hemos ido separando tanto en lo teórico como en la práctica profesional.

El término habitar es algo relativo ya que no se aplica para la construcción, ni lugares en específicos, sino que depende de la relación del hombre con ellos. Pero el habitar no se limita a la vivienda, el habitar, el estar en la tierra es la experiencia cotidiana del hombre.

Para restablecer la relación entre estas es necesario volver a sus significados originales, para ver qué es lo que se ha ido quedando en el olvido.

No entendemos la esencia de edificar si no pensamos que toda construcción es habitable. Habitar, en su esencia es permanecer, pero protegidos, libres de amenazas; por eso a lo construido lo llamamos morada. Pero no toda construcción es habitable, vista superficialmente, solo como edificar, una construcción es algo que sirve para algo. Heiddeger pone de ejemplo un puente, en el que menciona que el puente recolecta a su alrededor un conjunto de lugares y así constituye un espacio por el que transita el ser humano ayudándolo a llegar al paraje (Cuaternidad).

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