Salud Ocupacional
Enviado por lxvargas • 7 de Octubre de 2014 • 616 Palabras (3 Páginas) • 165 Visitas
rio y plomo
¿Quieren saber algo acerca de los desaguisados que pueden producir en la salud y el comportamiento humanos estos dos "delincuentes" químicos?
Mercurio
Al margen de las enfermedades más claramente asociadas a la intoxicación crónica con metales pesados –tales como el saturnismo con el plomo o el hidrargirismo con el mercurio- son muchos otros y muy diversos los males que la literatura científica ha descrito. Entre ellas alteraciones genéticas, daños reproductivos o cáncer, por no hablar de graves daños sobre el sistema nervioso y el inmunológico. No tenemos espacio para extendernos demasiado acerca de otros metales como puedan ser el cadmio o el arsénico, pero en cualquier caso también nos referimos a ellos en diferentes apartados fuera de este artículo. Centrémonos pues en los dos metales pesados que más han dado que hablar: el mercurio y el plomo. Lo que sigue no pretende ser exhaustivo, sino aportar álgunos datos interesantes.
MERCURIO
Uno de los metales pesados de los que más se ha hablado a consecuencia de su problemática ambiental y de salud pública ha sido el mercurio ( 1 ). Ha sido usado profusamente para las más diversas aplicaciones que van desde baterías a amalgamas dentales (a consecuencia de esto último se han denunciado muchos problemas, e incluso hay asociaciones de afectados (2), pasando por plaguicidas ,barómetros, termómetros, desinfectantes, luminotecnia, e incluso como parte integrante de la composición de vacunas (3).
La cantidad de este metal pesado que hay hoy diseminada sobre la superficie de la tierra es el triple la que existía antes de la Revolución Industrial, a consecuencia de sus vertidos y emisiones que proceden de fuentes tan diversas como, por ejemplo, las centrales térmicas de carbón o algunas industrias fabricantes de plásticos.
Las emisiones de este elemento parecen haberse ido frenando algo en el mundo desarrollado, pero están creciendo en los países en desarrollo. Se trata de un metal pesado muy persistente en el medio y que, tras una serie de reacciones, puede integrarse en las cadenas alimentarias (4).
A pesar de la preocupante situación causada por este metal pesado la actuación de los gobiernos deja mucho que desear. Sin ir más lejos, tenemos el ejemplo del Gobierno español. A pesar de la existencia de una directiva europea de 1996 que establecía que en el año 2007 industrias como la cloroalcalina, dejasen de utilizar el mercurio en sus procesos, el Ministerio de Medio Ambiente llegó a un acuerdo con las empresas para que el año en el que se materializase tal prohibición fuese nada menos que el 2020. Trece años más de contaminación con mercurio y eso si se cumple.
La industria a la que nos referimos emplea celdas de mercurio para producir cloro necesario en la industria de los plásticos. A pesar de que existan alternativas como las membranas
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