Santo Tomas Y La Etica En La Profesión

SANTO TOMAS Y LA ETICA EN LA PROFESIÓN

Es fácil identificarse con los elementos de moralidad que Santo Tomás expone, aunque hoy en día dichos valores se hayan olvidado o más bien sean considerados imprescindibles. En su pensamiento encuentran ejes que giran sobre todo su pensamiento tales como: el bien de todo ser y el obrar según nuestra naturaleza, en el caso del hombre la naturaleza es racional por lo tanto es norma suprema de ética.

La ética es una ciencia que se basa en la voluntad del ser, pero se puede ver afectada por el orden y la razón humana es decir; la ética dependerá del entorno y de las virtudes. Estas virtudes se clasificaran en INTELECTUALES para el perfeccionamiento del intelecto y las MORALES para la voluntad y los apetitos, teniendo en cuenta la justicia, la fortaleza y la templanza. Los hombres obran por un fin, y las diversas formas de conseguirlo pueden crear un nuevo fin.

Adicional, el bien común es la aspiración de toda ley, y si en la vida y en la sociedad reconoce la importancia del pensamiento ético de Santo Tomás, seguramente se respetara más a la naturaleza, al hombre y el planeta sería un lugar mucho más tolerante.

Basados en lo anterior Santo Tomas maneja dos principios éticos que define así: lo óptico y lo personal; es decir el ser y el valor del ser. El alejarse de su naturaleza lo aleja de la bondad.

La naturaleza del hombre es especial, por ello, está en cada uno obrar según como sea su naturaleza, su esencia. La idea de que la naturaleza común humana constituya un principio óptico de lo moral, pues no es una simple moral de bienes; sino que “las ideas vienen de la mente de Dios” y se van dañando en cuanto se separan de él.

Además, concibe la ética como la ciencia que considera el orden que la razón humana introduce en los actos de la voluntad. Dicho orden se establece con vistas al fin último de la vida humana; viene expresado por ley moral y se realiza a través de las virtudes morales.

Igualmente, la ética de Santo Tomas de Aquino sigue los pasos aristotélicos , en este caso toma la ética como un principio fundamental para los seres humanos, para él, el ser humano es importante tanto físicamente como mentalmente (pensamiento), la ética llega a que todo ser humano tenga su propia felicidad .

La felicidad que el hombre puede alcanzar sobre la tierra, pues, es una felicidad incompleta para Santo Tomás, que encuentra en el hombre el deseo mismo de contemplar a Dios, no simplemente como causa primera, sino tal como es Él en su esencia. No obstante, dado que es el hombre particular y concreto el que siente ese deseo, se encuentran en él los elementos que hacen posible la consecución de este fin.

Santo Tomás distingue, al igual que Aristóteles , dos clases de virtudes: las morales y las intelectuales. Por virtud se entiende también un hábito selectivo de la razón que se forma mediante la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, de conformidad con la razón. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin, y el fin del hombre ha de estar acorde con su naturaleza por lo que, al igual que ocurría con Aristóteles, la actividad propiamente moral recae sobre la deliberación, es decir, sobre el acto de la elección de la conducta. La misma razón que tiene que deliberar y elegir la conducta del hombre es ella, a su vez, parte de la naturaleza del hombre, por lo que ha de contener de alguna manera las orientaciones necesarias para que el hombre pueda elegir adecuadamente. Al reconocer el bien como el fin de la conducta del hombre la razón descubre su primer principio: se ha de hacer el bien y evitar el mal ("Bonum est faciendum et malum vitandum"). Este principio (sindéresis ) tiene, en el ámbito de la razón práctica, el mismo valor que los primeros principios del conocimiento (identidad, no contradicción

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