Segregación y urbanismo: Urbanismo como modo de vida
Enviado por Edgard Garcia Durand • 3 de Octubre de 2015 • Ensayo • 1.909 Palabras (8 Páginas) • 184 Visitas
Segregación y urbanismo: Urbanismo como modo de vida
En este ensayo Wirth se propone colmar el vacío teórico que existe en relación a la ciudad concebida como entidad social. De hecho, se lamenta de que “no tenemos todavía un corpus sistemático global de hipótesis sintéticas que puedan derivar de una serie de postulados contenidos implícitamente en una definición sociológica de la ciudad, ni tampoco hemos logrado abstraer estas hipótesis del conocimiento sociológico general que poseemos y que puedan confirmarse mediante la investigación empírica”
Intentaremos ahora aclarar si la definición de ciudad tal como se elabora en este “clásico” de la sociología urbana responde a las exigencias teóricas mencionada se intentaremos verificar, al mismo tiempo, si esa definición puede mantenerse en la confrontación directa con la realidad empírica. Tanto Max Weber como Robert Park habían ya intentado formular una teoría sistemática en este campo, pero Wirth acusa a estos dos autores de no presentar un modelo teórico organizado de manera satisfactoria y de permanecer en un nivel que sólo se aproxima a la teoría. En realidad, Wirth no ignora el camino abierto por Weber y utiliza ampliamente las ideas de la Escuela ecológica de Chicago. Wirth advierte además que una definición correctamente enfocada no debería considerar sólo las características fundamentales comunes a los asentamientos que se califican como urbanos, sino que una definición de este tipo debería permitir también la individualización de importantes variaciones para lograr una clasificación de tipos de ciudades, precisamente porque cada tipo de ciudad presenta su manera de organización social y ejerce una influencia distinta en sus habitantes. Wirth nos propone, ante todo, una especie de teoría “intermedia”, un modelo dinámico que abra el camino a nuevas investigaciones empíricas y prepare, por consiguiente, las condiciones indispensables para una acción social innovadora e incisiva sobre situaciones y problemas específicos y diferentes. Por tanto, insiste en la exigencia de distinguir tanto el urbanismo de la urbanización, como el industrialismo del capitalismo moderno. El urbanismo indica “aquel conjunto de elementos que forma el característico tipo de vida de la ciudad, mientras que la urbanización denota “el desarrollo y la extensión de estos factores”: presumiblemente (aunque Wirth no lo diga), en términos de influencia y de atracción de población en relación con las áreas no urbanas, es decir, en términos verificables cuantitativamente. El urbanismo, concebido precisamente como típico modo de vida social, existió en aquellos asentamientos que deben considerarse ciudad, aunque no habían nacido todavía ni la tecnología mecánica, ni la producción estándar, ni la organización del trabajo formalmente libre. Todos estos últimos factores son responsables, en cambio, del desarrollo urbano moderno. Se llega así a la propuesta de una definición mínima de ciudad, donde la combinación de número, densidad y heterogeneidad social de la población proporciona un nuevo criterio definidor: “para fines sociológicos, una ciudad puede definirse como un asentamiento relativamente grande, denso y permanente de individuos socialmente heterogéneos”. Esta definición sugiere, como dice Wirth, algunos postulados. De estos postulados se intenta deducir una teoría del urbanismo formulada dentro del marco del conocimiento disponible en aquel entonces sobre grupos sociales. Veremos más adelante si es correcto calificar esta definición como sociológica. En cambio, es necesario remarcar, desde ahora, que Wirth concentrará todo su análisis en la ciudad moderna, dejando de lado de forma sistemática el propósito de desarrollar un tratamiento meta histórico de la ciudad. Esta teoría del urbanismo se presenta como un modelo poliédrico. Es simultáneamente una teoría de la ciudad de molde durkheimiano (por ejemplo, la anomia y la formalización de lo social en las instituciones se proponen como momentos de reflexión para quien estudia la influencia de la ciudad en la ordenación estructural de la sociedad) y una teoría de la ciudad en sentido demográfico que, sin embargo, estudia también la influencia del ambiente urbano sobre la personalidad, siguiendo las líneas de interpretación Psicosociológica inauguradas por Simmel. Wirth deduce, en efecto, de los caracteres propios del fenómeno urbano elementos sugestivos para la interpretación de los procesos sociales tanto a nivel “estructural”, como a nivel “de conocimiento” y “de comportamiento”. Además, la influencia de la ecología urbana en Wirth es evidente. En la primera hipótesis formulada el tipo de vida urbana -es decir, una forma, una calidad, para decirlo de alguna manera, del comportamiento social- se relaciona con factores cuantitativos como el número y la densidad de los habitantes. Esta forma de determinismo, típica de los fundadores de la Escuela de Chicago, será moderadamente atenuada por la afirmación de que las instituciones sociales, y asimismo el tipo de vida urbano, pueden desarrollarse separadamente de los factores materiales y ambientales que los han originado. Wirth analiza luego el número y la densidad de los habitantes como factores separados, puesto que tienen efectos distintos bajo el perfil social. Un número elevado de habitantes genera varias consecuencias. En primer lugar, “un gran número de habitantes implica... una mayor extensión de las variaciones individuales. Además, cuanto mayor sea el número de individuos que participan en un proceso de interacción, tanto mayor será la diferencia potencial entre ellos”.35. Así pues, a pesar del ambiguo subrayado del atributo “potencial” en el texto de Wirth, puede parecer que la heterogeneidad social de los habitantes desciende hasta el rango de variable dependiente de la dimensión cuantitativa del agregado urbano. La influencia parkiana no sólo queda reconfirmada, sino reforzada cuando se sostiene inmediatamente después que: a) de la heterogeneidad nace la segregación espacial en la ciudad y, por tanto, la división del ambiente urbano en áreas naturales; b) que la solidaridad típica de la comunidad rural es sustituida en la ciudad por los mecanismos de competición y de control social formalizado. En segundo lugar, basándose explícitamente en Weber y especialmente en Simmel, el gran número de habitantes y, por tanto, “la multiplicación de las personas en recíproca interacción en condiciones que imposibilitan el contacto como personalidades completas producen aquella segmentación de las relaciones humanas que a veces algunos estudios de la vida espiritual de la ciudad tomaron como una explicación del carácter "esquizoide" de la personalidad urbana”.
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