Ser y tiempo - Parágrafos 1 a 3

Resumen de la sesión de febrero 12 de 2016.

Relata cómo el ser y el tiempo (obra de Martin Heidegger), relata en sus tres primeros parágrafos de la introducción acerca de la necesidad de preguntar por el ser; lo que desencadenó una conglomeración trivial abandonada sobre la metafísica. Los dogmas, paradojas o fundamentos uniformales basados en el creacionismo y la objetivación experiencial, han hecho que el ser ande en la represión racional, lo que superflua el sentido subjetivo. El orden ontológico, suscita y alimenta la convicción inútil del ser, desde prejuicios como: la universalidad (lo que se aprehende sin adentrar al género o especie, siendo un concepto oscuro); la indefinición (no se concibe ni determina una identidad, invitando a la duda del sentido); y la evidencia (demuestra de manera normativa una incomprensión ‘a priori’, donde el sentido conceptual es oscuro y se replantea).

Basado en lo anterior, se busca una nueva forma de ser, pensar y actuar, resignificando al sentido desde una pregunta que desglose su pensamiento existencial y su orientación a través del tiempo. Como vemos en el caso de la denominación los dos caminos cartográficos: El Occidente (del latín, ser de muerte), y el Oriente (también latín, ser de vida). El primer mencionado, representó la filosofía, la ciencia, la cultura y la civilización; y la segunda sólo el idealismo, en consecuente, su objetivación a la especulación.

Pasando al segundo parágrafo, la estructura formal se plantea desde un hecho, donde la pregunta tiene el carácter de ser y también caracteriza a quien pregunta. La comprensión trascendental y regular, puede impregnarse de hipótesis y perspectivas tradicionales de este. Por tanto, las cuestiones se rigen desde la elaboración del interrogante por el ser, haciendo que un ente sea transparente en su ser.

Del párrafo previo, infiere a que el sujeto se contrapone de la objetivación al fundamento del sujeto; donde la experiencia del sentido pasa a volver ser y hacer, dejando la fantasía de lado y recuperar ese sentido humanístico de Platón: soma (cuerpo), sigma (mente) y phymos (pasión).

La primacía ontológica muestra la utilidad de preguntar por tal sentido. El avance científico no se produce en la recopilación de datos ni en la revisión radical de conceptos fundamentales. Toda ontología funda el tiempo (previamente mencionado), donde la pregunta por el ser posee dos objetivos: la determinación de condiciones a priori de la posibilidad a lo que investiga el ente y el determinio condicional de los posibles ontológicos que anteceden a las ciencias y su funde.

De lo precedente, la metaphysis ha cosificado la existencia humana causando una caída a la repetición, lo cual representa la homogenización en el sistema; y así, dando por hecho al olvido de lo que indagamos. Con el paso del tiempo (la secularización), la pregunta por el ser nos ha vuelto particulares, dándonos a cada persona un sentido de pertinencia, en cúlmine a la libertad ideal y real.

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