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Sistema Político de los Estados Unidos de América


Enviado por   •  11 de Abril de 2018  •  Apuntes  •  2.552 Palabras (11 Páginas)  •  264 Visitas

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Sistema Político de los Estados Unidos de América

Tanto Estados Unidos como México están basados en sistemas presidencialistas. Estados Unidos de américa es una República presidencial federal. México, por su parte es una República Federal presidencial. La diferencia entre éstos es que en el segundo la República es representativa”.1

Concepto

Por régimen presidencial se entiende de una manera genera político en el que  el funcionario denominado presidente  de la República goza de una gran preponderancia que se manifiesta en el hecho de ejercer simultáneamente las funciones de jefe del Estado y jefe del gobierno. De hecho, igualmente, en la mayoría de los Estados en los que este sistema funciona, el presidente es el jefe del partido gobernante, a pesar de que, como titular de la jefatura del mismo figure otro dirigente de dicha organización política. En el régimen presidencial la figura del presidente se destaca en forma por demás singular y, sin lugar a duda alguna, este funcionario es la primera personalidad política del Estado. De allí que las elecciones presidenciales constituyan el evento de mayor transcendencia en el acontecer político de los Estados que aplican este sistema.

 Características

El régimen  presidencial  presenta  los   siguientes elementos característicos:

  • Adopción, más o menos rígida, del principio de la “separación de los poderes”. Desde luego, la separación –por muy rígida que pueda ser- no es total y absoluta pues para lograr el funcionamiento cabal del Estado es menester la colaboración entre las diferentes ramas del poder público.
  • Unificación en la persona del presidente de las jefaturas del Estado y del gobierno. Una consecuencia de esta característica la constituye el otorgamiento de poderes amplios y relativamente fuertes al presidente.
  • Ausencia de gabinete propiamente dicho. En el régimen presidencial el conjunto de los ministros no constituye un órgano político autónomo; estos funcionarios no son más que colaboradores del presidente en funciones administrativas, designados y removidos por él.
  • Elección del presidente mediante sufragio universal directo, lo que confiere a este funcionario una gran autoridad nacional. En los Estados Unidos el procedimiento de elección, complejo e interesante, constituye un sistema de segundo grado.
  • Imposibilidad por parte del presidente, de disolver el Parlamento, Asamblea o Congreso; e imposibilidad de éste, de ocasionar la caída del “gobierno presidencial” (como la denomina Duverger). Esta característica implica una independencia permanente entre el presidente y el Congreso, la que confiere estabilidad al gobierno en conjunto. Al analizar este rasgo característico del régimen presidencial Duverger compara a ambos órganos con “un matrimonio sin divorcio: Están condenados a vivir juntos sin poderse separar”.

El sistema político de los Estados Unidos

El régimen presidencial ha alcanzado su mayor expresión en los Estados Unidos por la que al sistema allí imperante se le califica como “presidencial clásico” o “presidencial puro”. Sin embargo, también en algunos Estados de Latinoamérica se practica el régimen presidencial, o “presidencialismo” como igualmente se le denomina, inspirado en el modelo norteamericano y con adaptaciones a las características propias de cada Estado.

Origen del sistema.

El régimen político actual de los Estados Unidos tiene su origen en la Constitución sancionada el 17 de septiembre de 1787, que entró en vigor el 4 de marzo de 1789, una vez obtenida su ratificación por el número de Estados miembros de la Unión requerido en virtud del artículo 7 de la propia carta. Este instrumento jurídico recoge la influencia de algunos principios constitucionales ingleses del siglo XVIII y de la experiencia acumulada en la administración de las colonias inglesas de  Norteamérica; todo esto, unido a ciertos principios filosóficos, políticos y jurídicos en borga desde la segunda mitad del propio siglo XVIII produjo el admirable documento que ha regido la vida política de los Estados Unidos a lo largo de casi dos siglos.

La Constitución consta de siete artículos solamente, divididos en secciones y éstas a su vez en párrafos (o cláusulas).

A la Carta original se agregaron luego diez enmiendas, ratificadas en 1791, que se conocen con la denominación de Declaración de Derechos y que constituyen en conjunto una “carta de garantías individuales”. La razón de estas enmiendas iniciales se encuentran en el hecho de que los norteamericanos “querían que sus derechos se proclamaran concretamente en la Constitución”, siendo que los autores de la Carta fundamental no incluyeron en ella una declaración de derechos “dado que la Constitución no concedía concretamente atribuciones en materias como la libertad de prensa o de reunión, por lo que no resultaba necesario afirmar que no existían tales atribuciones”:

A partir de 1798 se inició la incorporación de enmiendas adicionales al texto constitucional, originadas en los cambios económicos y sociales acaecidos en el tiempo. Hasta la fecha se han ratificado 16 enmiendas adicionales, además de las diez primeras “garantías individuales” de 1791, y se encuentra en vías de ratificación por los Estados una más, con lo cual las enmiendas en su totalidad llegarán a veintisiete próximamente.

Al texto constitucional se suman numerosas leyes de contenido básicamente político, aprobadas en el transcurso de la historia norteamericana, y este conjunto de instrumentos jurídicos , fortalecido con los aportes raleza política y administrativa, conforma la armazón del sistema político de los Estados Unidos, de extraordinario interés para los estudiosos de la ciencia política, en razón de su originalidad.

Características

El sistema político de los Estados Unidos se inspira en una serie de principios, básicos  para la existencia misma del sistema.

  • Soberanía  popular. El principio de la soberanía popular fue acogido por los redactores de la Constitución bajo la influencia de la teoría del contrato social que llegó hasta ellos a través de las obras de John Locke. El principio de la soberanía popular, entendido como el derecho del pueblo para autogobernarse a través de los procedimientos que le propio pueblo establezca consagrado en el mismo preámbulo de la Constitución
  • Separación de las ramas del poder público y equilibrio funcional entre ellas.  Los redactores de la Constitución norteamericana, bajo la influencia de las ideas de Montesquieu, establecieron la separación de las diversas ramas del poder del Estado. Así, el artículo 1° de la Constitución atribuye el ejercicio del Poder Legislativo al Congreso (sección 1); el artículo 2°  (sección 1) confía el Poder Ejecutivo a presidente de los Estados Unidos; y el artículo 3° (sección 1) confía el Poder Judicial al Tribunal Supremo y demás tribunales inferiores. Dentro de la constitución se confiere al presidente gran parte de la tarea de forjar la política, por medio de directas recomendaciones y de manera indirecta mediante el ejercicio de su facultad de veto. El Senado cumple la misión de agente fiscalizador de la Cámara y del Presidente, e indirectamente, de los tribunales; en tanto que estos últimos velan por la supremacía constitucional, evitando que leyes dictadas por el Congreso o actos administrativos del Ejecutivo contrarios a la Constitución tengan vigencia y validez.
  • Federalismo. Para el momento de aprobarse la Constitución, las diferentes colonias norteamericanas habían adquirido una cierta experiencia autónoma relativamente larga en el tiempo, por lo que habría sido sumamente difícil, si no imposible, que la unión consagrada en el texto constitucional adoptara una estructura política que cercenara esa autonomía. Durante el período de la guerra de Independencia y unos años más, hasta la ratificación –en 1789- de la Constitución sancionada de 1787, los norteamericanos se gobernaron de acuerdo con las disposiciones de los “Artículos de la Confederación” ratificados en 1778, por mandato de los cuales se constituyó una confederación de Estados semindependientes. En tales disposiciones legales no se contempló nada referente a un jefe del poder ejecutivo y esta circunstancia impidió consolidar un  gobierno efectivo en un territorio tan amplio como el norteamericano.
  • Democracia representativa. Durante el periodo de dominación inglesa de las colonias norteamericanas practicaron ciertas formas de democracia directa a nivel local y cuando más municipal, dirigidas a resolver cuestiones de interés predominantes localista. En las altas esferas de cada colonia –y en los asuntos que no eran de la competencia exclusiva de la Corona inglesa- “la única forma de gobierno conocida y aceptada” era el que estaba en manos de la “clase superior” lo que significa que el gobierno practicado era de  tipo aristocrático.

Los redactores de la Constitución no fueron partidarios unánimes del régimen democrático. En este sentido se afirma que el sistema político diseñado en 1787 no pretendía ser democrático y que Madison, concretamente, “despreció la democracia como una pésima forma de gobierno” pensando quizá en la posible  tiranía de las masas. Por este motivo los fundadores del sistema constitucional trataron deliberadamente  de restringir el poder del pueblo. En tal virtud, durante algún tiempo los principios democráticos, a pesar de ser compartidos teóricamente por muchos fundadores por muchos fundadores del sistema norteamericano, apenas si se aplicaron en la práctica. A Thomas Jefferson se debió en mucho la ampliación de tales principios y su real y progresiva aplicación. Por supuesto que en un país de tan vasta geografía y numerosa población como aquél, la forma democrática más aconsejable y práctica tendría que ser la “representativa”.

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