TE ODIO HOY Y MAÑANA TAMBIEN

Te odio hoy y mañana también

Odio por costumbre

El odio (del latín odium) hace referencia al sentimiento de repulsión, desagrado o rechazo que nos genera alguna persona, situación u objeto, y tener esta sensación es muy fuerte, a tal grado de realizar acciones sin razonar. El odio es un rechazo tan grande que por eso dicen muchos que es lo contrario al amor. Aristóteles ve al odio como un deseo de aniquilación, y es aquí donde se puede fundamentar lo mencionado anteriormente, por odio se es capaz de matar, seguir un impulso pasional.

¿Será que odiamos lo que envidiamos?, ¿lo qué es igual o mejor que nosotros? La respuesta es sí, se le tiene rechazo a toda aquella amenaza que posee mejores características y cualidades que las propias, especialmente se le odia a las personas, ya que existe una mayor rivalidad, puesto que nos pueden superar en aquellos aspectos débiles en nosotros y por lo tanto serían mejores. Sin embargo también se le odia a todo lo que nos daña o afecta y por tener menor poder no nos podemos defender, somos reprimidos y por lo tanto odiamos. A pesar de esto el odio es subjetivo y las razones por las que se llega a generar dependen de cada persona.

Todas las personas hemos sentido el odio, hasta la más pura e inocente, puesto que es una emoción humana y es normal odiar, lo malo es cuando se vuelve costumbre o cuando se odia demasiado, cuando no se puede controlar, ser impulsivos y no razonar, porque estas dejándote guiar por ese sentimiento que puede ser considerado como negativo por la sensación que te hace sentir, a fin de cuentas te estas dejando dominar por el odio.

Dice Aristóteles que el odio es una de las varias pasiones del hombre, y depende de nosotros dejarnos llevar por ellas. Es de humanos tener pasiones, sentirlas y vivirlas, solo hay que aprender a controlarlas, en este caso al odio. Se desarrollará este tema más adelante.

Fuerte no es aquel hombre que posee una gran masa muscular sino aquel que puede controlar sus sentimientos, y es aquí cuando se empieza a hablar de la virtud, que es la disposición del alma y la capacidad y aptitud que tienes para comportarte de cierta forma y el alma es lo que te mueve y te encamina al bien o al mal.

Aristóteles nos menciona que la virtud es una excelencia añadida a algo como perfección, sin embargo, las pasiones como el odio, no pueden ser perfectas porque son puramente naturales, no puedes decirle a un hombre lo bueno o lo malo que es su odio, no se puede “mejorar” este sentimiento, solo aparece en ocasiones que te generan esa sensación rechazo, no existe una disposición previa.

Todos nos dejamos llevar por las pasiones, por el odio, y aunque sea natural es necesario saber controlarlo. Muchas personas sienten el odio y no se les puede juzgar, no obstante, si se le odia a todo el mundo y es una costumbre, se puede convertir en algo” negativo”, esto en cuanto a lo personal, a las sensaciones que te hace sentir, ese deseo de querer aniquilar a eso que te produce odio, que te provoca estrés y ansiedad e incluso ira. No se puede vivir una vida tranquila si el odio es una costumbre para ti, si se convierte en algo normal, si no logras superar esa pasión que consume tu mente pensando en la gran repulsión

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