Todas las personas tienen un precio

El precio de las personas

El carácter de la sociedad se basa en la necesidad o dependencia del dinero y cambio mercantil que busca saciar nuestras necesidades, como menciona (Wagman,1997). Esta cita nos da a entender que la persona es capaz de hacer lo que sea por cumplir su necesidad, con esto no solo nos referimos a cosas materiales, sino a cosas intangibles, como el afecto, el abrigo o la compañía de otra persona. Al respecto, se origina la siguiente pregunta: ¿Será cierto qué todas las personas tienen un precio?. Desde nuestro punto de vista, consideramos que todas las personas tienen un precio, ya que tienen propias ambiciones, lo que hace que estén endebles a cualquier oferta que se les haga.

En primer lugar, la ambición y el poder lleva a que todas las personas establezcan un precio, un ejemplo claro de esto es la corrupción. Según la Real Academia Española (RAE, 2020) la corrupción es un método que consiste en el uso incorrecto de los deberes de un funcionario para conseguir cosas en beneficio propio. La corrupción es una dificultad que enfrenta el país, es muy común escuchar acerca de sobornos, muchos políticos se han puesto un precio para realizar actos en contra de sus principios, el motivo que conlleva a que estas personas se pongan un precio es que disminuye el temor a un castigo anteponiendo la sensación de beneficio personal al cumplimineto de la ley. Según la organización para la Transparencia Internacional (TI 2022),  la corrupción y los actos de soborno han incrementado en el sector público. Esto no es de extrañarse ya que las personas buscan poder y al obtenerlo sus prioridades cambian poniéndose un precio.

En segundo lugar, las personas con poder tienden a ver a los demás como objetos de consumo, esto genera que los demás tiendan a hacer cosas para elevar su precio en la sociedad y deslumbrarse si algún individuo está dispuesto a pagarlo. En muchos casos las personas tienden a conseguir dominio sobre los demás viéndolos como objetos, esto conlleva a que se pierda valor y se confundan con un precio, como resultado las personas harán lo que sea por adquirir algo material o inmaterial, dejándose llevar por la ambición y cegarse haciendo ver a las personas como objetos de mercado. Según López, J. (s.f). Las personas suelen confundir el valor de estos con el precio, esto ocurre porque empiezan a verse como objetos, a lo que se suma de manera perjudicial estar en un mundo de consumo. Esto quiere decir que las personas se cegaron con la ambición del beneficio propio perdiendo la dirección en relación a tener un valor como persona.

En tercer lugar, observamos que las personas al inicio de conocerse aseguran fidelidad, no solo en el ámbito amoroso, sino también en las relaciones amigables y laborales, sucede en un principio, al no tener intereses propios lo cual esto va cambiando con el tiempo así dando pase a la deslealtad o llegar a  traicionar las personas por cumplir  un interés personal. Siendo así un acto imperdonable que merece una sanción severa.El contexto de muchas cosas, lleva al hombre a realizar decisiones y acciones para obtener lo que desee beneficiándose, incluso teniendo en cuenta que realizando ciertas actividades podría llegar a poner en riesgo una amistad, donde arrastra con esto su ética y valor.Este problema se evidenció desde la historia, tenemos el caso de Judas Iscariote, que fue uno de los doce discípulos de Jesus, que visitó por voluntad propia a los sacerdotes para entregar a Jesus a cambio de dinero. (Biblia, 26:14). Esto quiere decir que las personas hacen lo que sea por dinero, desde traicionar a un amigo a cambio de un beneficio personal.

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