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Trabajo: Disertación Filosófica acerca de la pregunta ¿Qué es lo que hace que llamemos al ser humano persona?


Enviado por   •  21 de Junio de 2017  •  Ensayo  •  2.443 Palabras (10 Páginas)  •  307 Visitas

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                 Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Centro Universitario Regional del Centro

                                              (UNAH-CURC)

Asignatura: Filosofía General

Sección: 08:00

Catedrático: Lic. Héctor Castellanos

Trabajo: Disertación Filosófica acerca de la pregunta ¿Qué es lo que hace que llamemos al ser humano persona?

Integrantes:

 Khristel Karina Rivera Flores                                     20131900510

Anny Suyapa villanueva ventura                                  20141012118    

                                  Comayagua, 19 de Marzo  de 2014

                           

                            Introducción

A lo largo de la historia el ser humano ha intentado responder algunas preguntas sobre su origen  y su existencia; tales interrogantes se han tratado de responder mediante una serie de teorías y creencias dentro de las cuales podemos mencionar la teoría de la evolución y la creación y si bien es cierto no todas son concretas, pero a pesar de ello  el ser humano las ha adoptado según sus criterios y forma de pensar.

Sin embargo una de las preguntas más relevantes es: ¿que nos hace ser personas? ; Esa esencia que poseemos y que nos hace pensar y ser seres diferentes uno del otro. El presente trabajo pretende explicar que es lo que hace que podamos llamar al ser humano persona apoyándonos en el pensamiento del filósofo Emmanuel Mounier procurando hacer un análisis de su corriente filosófica personalista y de proponer alternativas para resolver la crisis actual. Previamente  se definirán los conceptos claves  con la finalidad de que el trabajo se entendido de la mejor manera.

                                   

                             Somos Personas

A continuación se definirá el término ser humano:

¨Desde un punto de vista biológico se designa como ser humano a aquella especie animal vinculada al homo sapiens, pero cuya principales características y diferencias para con el resto de las especies, todas inferiores, es que el ser humano a diferencia de estas puede llevar a cabo operaciones como ser pensar o hablar y además, en lo estrictamente corporal, presenta tanto a nivel externo como interno, una importantísima evolución respecto del resto de las especies.¨ [1]

Desde el punto de vista religioso se define al ser humano como:

“….. Una relación entre cuerpo, alma y espíritu que le concede características que hace que se diferencie de otras especies.”[2]

Desde la perspectiva religiosa el ser humano fue creado por una inteligencia divina (Dios) la cual hace al ser humano especial y único. “Y dijo Dios hagamos al hombre a nuestra imagen”[3]

En este caso la dignidad del ser humano le es dada por Dios, quien lo ha creado a su imagen y semejanza. Y en consecuencia lo declara como su creación y por Fe declarado hijo de Dios.  Para esta perspectiva lo que nos hace diferente a otros seres vivientes es que poseemos un alma proporcionada por Dios la cual fue dada al ser humano para tener conciencia de lo que hace y las decisiones que toma, que le confiere características que le permiten actuar, pensar, razonar, crear y también cuenta con su propia identidad. El ser humano está dotado de una serie de cualidades, características, dones y valores inherentes a él que le son intrínsecas y que le definen como tal, no importando las limitaciones físicas, mentales, materiales o espirituales que le impidan expresar sus reflexiones como persona humana y nadie puede suprimirlas limitarlas o violentarlas, reduciéndoselas o ignorándoselas, pues esa persona aun con sus limitaciones tiene su propia dignidad humana.

Y como lo afirma Santo Tomas de Aquino “Lo primero por lo que el cuerpo vive es el alma. Ella es lo primero que nos hace nutrirnos y sentir y movernos localmente, como también entender.” [4]

La calidad de persona humana la adquiere el hombre o la mujer  que son capaces de hacer cosas humanas, de pensar, actuar y sentir como humanos. Y siempre orientado a hacer cosas buenas y a procurar siempre el bien. Y a entender que está inmerso en un mundo para todos compartido.

Esa capacidad de hacer y construir cosas a través de la conjugación de ideas de resolver problemas y transformar el mundo le lleva a nuevos estadios de desarrollo y de vida en donde todo lo creado y lo construido lleva un sentido utilitario de beneficio, para hacer el bien. Todo esto el hombre lo va perfeccionando y codificando en una escala de valores que el medio y la sociedad en que vive le han hecho construir para asegurar  su convivencia como patrones de conducta moral social y espiritual.

Emmanuel Mounier en su enfoque personalista  sostiene que: “«Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia de su ser; mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso responsable y una conversión constante: unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla por añadido a golpe de actos creadores la singularidad de su vocación».”, [5] 

El ser de la persona es propio, independiente, característico y diferente a los demás y que lo identifican definen y determinan entre el concierto de seres de su misma especie, pero de manera consiente analítica y reflexiva el hombre se ha ido adhiriendo a una escala de valores principios y códigos de una manera responsable y consiente que le han dado la capacidad de vivir en sociedad y de subsistir de manera singular poniendo en juego sus propias capacidades pero sin perder su independencia y libertad.

En su enfoque Mounier plantea que la persona es poseedora de rasgos especiales que lo definen como persona entre ellos la existencia encarnada, la comunicación, la libertad condicionada, el compromiso, la capacidad crítica, proximidad y amistad y sobre todo una eminente dignidad. Como seres espirituales tenemos un gran valor de entre el resto de los demás seres, ya que poseemos un alma que nos permite sentir, amar, adquirir compromisos o hacer promesas, de querer el bien de otra persona,  tal como  se lee en uno de sus textos  

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