Trabajo de filosofía. Institución educativa normal superior
Enviado por kar20162016. • 27 de Agosto de 2018 • Trabajo • 3.374 Palabras (14 Páginas) • 170 Visitas
Trabajo de filosofía
Cristian David Erazo Méndez
Carlos Giovanni Bernal
11-1
Institución educativa normal superior
Pitalito Huila
2014
Reglas del Método en la parte para adquirir el conocimiento
- El primero de estos preceptos consistía en no recibir como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese como tal evitando cuidadosa mente la precipitación y los prejuicios, y no aceptando como cierto sino lo presente a mi espíritu de manera tan clara y distinta que acerca de su certeza no pudiera caber la menor duda.
explicación: desde mi punto de vista esta primera regla consiste en , no admitir o aceptar cosa alguna como verdadera sin haberla conocido con evidencia que así era o así es.
- El segundo, era la división de cada una de las dificultades con que tropieza la inteligencia al investigar la verdad, en tantas partes como fuera necesario para revolverlas.
Explicación: esta segunda regla la podemos explicar diciendo, que para adquirir conocimiento se necesita dividir cada una de las dificultades que se nos presente y como se requiriese para su mejor resolución.
- El tercero, ordenar los conocimientos, empezando siempre por los más sencillos, elevándome por grados hasta llegar a los más compuestos, y suponiendo un orden en aquellos que no lo tenían por naturaleza.
Explicación: esta tercera rebla la podemos explicar que tenemos que conducir ordenadamente nuestros pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más complejos, suponiendo, incluso, un orden entre los que no se preceden naturalmente.
- El último consistía como en hacer enumeraciones tan completas y generales, que dieran la seguridad de no haber incurrido en ninguna omisión.
Explicación: en esta última regla trata, en que como persona racionales que somos tenemos que, hacer en todas partes enumeraciones tan completas y revistas tan generales que estemos seguro de no hacer ninguna omisión.
Reglas del Método en la parte de la moral
- La primera era obedecer a las leyes y costumbres de mi país, manteniendo constantemente la religión en la que Dios me ha concedido la gracia de ser educado desde mi infancia, y gobernándome en todo lo demás según las opiniones más moderadas y más alejadas del exceso que fuesen comúnmente recibidas en la práctica por los más sensatos entre aquellos con quienes tendría que vivir. Pues, comenzando desde entonces a no contar para nada con las mías propias, que quería someter a examen, estaba seguro de no poder hacer otra cosa mejor que seguir las opiniones de los más sensatos. Y aunque acaso hay gentes tan sensatas entre los persas o los chinos como entre nosotros, me parecía que lo más útil era regularme según aquellos con los que tendría que vivir; y que para saber cuáles eran verdaderamente sus opiniones, debía atender más bien a lo que practicaban que a lo que decían, no solamente porque a causa de la corrupción de nuestras costumbres hay pocas gentes que se atrevan a decir todo lo que creen, sino también a causa de que muchos lo ignoran ellos mismos; pues siendo la acción del pensamiento por la que se cree una cosa distinta de aquella por la cual uno conoce que la cree, se presentan frecuentemente la una sin la otra. Y entre varias opiniones igualmente recibidas, no escogía sino las más moderadas, tanto a causa de que son siempre las más cómodas de practicar, y verosímilmente (o probablemente) las mejores, siendo todo exceso habitualmente malo, como también a fin de desviarme menos del verdadero camino, si me equivocaba, que si, habiendo escogido una de las extremas, fuese la otra la que hubiera sido preciso seguir. Y particularmente ponía entre los excesos todas las promesas por las cuales se cercena algo de la propia libertad; no porque yo desaprobase las leyes que para remediar la inconstancia de los espíritus débiles permiten, cuando se tiene algún buen propósito, o incluso para la seguridad del comercio, si el propósito no es más que indiferente, que se hagan votos o contratos que obliguen a perseverar en ellos; pero como yo no veía en el mundo nada que siempre permaneciera en el mismo estado y, por lo que a mí respecta, me comprometí a perfeccionar cada vez más mis juicios y nunca a empeorarlos, hubiese pensado que cometía una gran falta contra el buen sentido si, por aprobar entonces alguna cosa, me considerara obligado a mantenerla como buena mucho después, cuando acaso hubiera cesado de serlo o cuando yo hubiese cesado de estimarla como tal.
Explicación: esta primera regla, consiste sobre obedecer a las leyes y costumbres del país, al cual pertenecemos conservando la religión en la que “Dios” nos hizo también consiste en la gracia de ser instruido desde nuestra infancia, en la cual yo me gobierno en cualquier otra cosa de acuerdo a las opiniones más moderadas y alejadas del exceso que fuesen comúnmente practicadas por las personas más factibles entre aquellos con quienes tuviese que vivir en esta regla también vemos que tenemos que aprobar algunas cosas, u opiniones las cuales se me pueden considerar a mí una obligación hacerlas, tamhttps://www.youtube.com/watch?v=lFHeEnOjIjw&spfreload=5bien a mantenerlas, es decir que para descartes nosotros tenemos que optar siempre por el camino más moderado, conservar las costumbres y leyes establecidas, para poder vivir en sociedad y mantener su creencia en Dios.
- Mi segunda máxima era de ser lo más firme y resuelto en mis acciones que pudiera, y no seguir menos constantemente las opiniones más dudosas, una vez que me hubiera determinado a ello, que si hubiesen sido muy seguras; imitando en esto a los viajeros que, encontrándose extraviados en un bosque, no deben errar girando de un lado a otro, ni menos pararse en un sitio, sino marchar siempre lo más rectamente que puedan en una misma dirección y no cambiarla por débiles razones, aunque sólo el azar acaso les haya determinado a escogerla en un principio, pues por este medio, si no llegan justamente a donde desean, al final llegarán, al menos, a alguna parte, en donde verosímilmente estarán mejor que en medio de un bosque. Y así, no sufriendo las acciones de la vida frecuentemente dilación alguna, es una verdad muy cierta que cuando no está en nuestra mano discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más probables; y aun en el caso en que no advirtamos un mayor margen de probabilidad en las unas que en las otras, debemos sin embargo determinarnos en favor de algunas y considerarlas nunca más como dudosas por lo que se refiere a la práctica, sino como muy verdaderas y ciertas, porque la razón que nos ha determinado a ello es cierta. Y esto fue capaz, desde ese momento, de librarme de todos los arrepentimientos y remordimientos que agitan comúnmente la conciencia de esos espíritus débiles y vacilantes que se dejan arrastrar inconstantemente a practicar como buenas cosas que después juzgan malas.
Explicación: esta segunda regla consistía en ser lo más seguro y resuelto que pudiéramos en nuestras propias acciones, y ser muy perseverantes sobre nuestras opiniones más dudosas, las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más probables, y aun en el caso en que no advirtamos un mayor margen de probabilidad en las unas que en las otras, sin embargo, determinarnos en favor de algunas y considerarlas nunca más como dudosas, por lo que se refiere a la práctica, sino como muy verdaderas y ciertas, porque la razón que nos ha determinado a ello es cierta. Y esto fue capaz, desde ese momento, de librarme de todos los arrepentimientos y remordimientos que agitan comúnmente la conciencia de esos espíritus débiles y vacilantes que se dejan arrastrar inconstantemente en si podemos determinar un unas simples palabras esta regla diciendo que esta trata de decirnos que nos toca ser firmes y decididos en las acciones y decisiones mediante la razón.
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